El tigre
Balean convoy de candidato a alcalde del PRIHackean la mayor red de oleoductos en EUEn marzo de 2018, Andrés Manuel López Obrador, entonces abanderado de “Juntos Haremos Historia” en la contienda presidencial, advirtió que en caso de cometerse un fraude electoral se soltaría al “tigre” y él no haría nada por detener a la gente.
A más de tres años de distancia, para muchos (me incluyo) queda claro que el hoy autócrata que tenemos como mandatario tenía en mente otra cosa: azuzar al tigre constantemente a grado tal que su enojo estuviese presente a flor de piel todo el tiempo en nuestra realidad política y social. La polarización que hace el presidente de la vida nacional tiene ese único objetivo, lo que se ha traducido en beneficios electorales para él y para Morena.
Hace un par de días, la actriz mexicana Laisha Wilkins dio a conocer en redes sociales que un supuesto brigadista de Morena, participando específicamente (no sabemos si formalmente o como voluntario) en la campaña de Dolores Padierna, quien contiende por la alcaldía Cuauhtémoc, la golpeó y pateó.
Este individuo, según relata, reaccionó de manera violenta contra ella porque esta quiso hacerle ver qué se encontraba infringiendo la ley.
El video que presenta @laishawilkins muestra que el simpatizante de Morena pegaba publicidad de la candidata @Dolores_PL encima de carteles de una de sus adversarias políticas, lo que es ilegal y motivo de sanción tanto a la candidata como al instituto político.
Ayer, Laisha Wilkins presentó una denuncia formal por agresión física contra el sujeto en cuestión.
Es vital que este asunto quede totalmente aclarado, de forma independiente y fuera de toda posible interrogante, por una fundamental razón: de ser ciertos los hechos exactamente y como los narra Wilkins, estos marcarían una de las primeras ocasiones donde abierta y públicamente un simpatizante del lopezobradorismo, trabajando para Morena, ataca físicamente a una ciudadana —en este caso, una figura pública— en un contexto de normalidad. Esto es, no en un choque entre integrantes de unos y otros grupos políticos que se encontraban manifestándose, ni en un espacio de discusión de actores políticos que se salió de control. Tampoco en un episodio donde un ciudadano se está manifestando expresamente contra un político o un partido.
Estaríamos ante la bandera de salida para que esa violencia verbal, al menos por lo que a este periodo comicial se refiere, y que alienta López Obrador entre sus huestes —institucionales, pero también ciudadanas—, un día sí y otro también, cruce la línea de los dichos a la puesta en práctica cotidiana social no política.
Mucha atención con eso; la fiera anda suelta y no solo profiere agresivas palabras en redes sociales. Ojalá solo eso fuera. Estamos advertidos
Columna de Verónica Malo Guzmán
SDP Noticias
Foto: Especial
cdch
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