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Lunes, 11 de Noviembre de 2024

El Lenguaje de Palacio

Las críticas de la revista The Economist hacia López Obrador han polarizado aún más el ambiente político y social
Sábado, 29 de Mayo de 2021 08:32
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Municipios Puebla

En El Infinito en un junco (Siruela, 2019), Irene Vallejo recuerda a Quintiliano, abogado y docente nacido el año 35 de nuestra era. Fue un buen maestro y un orador distinguido, favorecido por dos emperadores romanos —Vespasiano y Domiciano— a quienes aduló con desmesura. “En aquellos tiempos —escribe Vallejo—, los halagos eran el lenguaje protocolario de palacio y resultaba muy difícil ascender sin caer en el servilismo”.

The Economist: AMLO, un falso mesías y hambriento de poderAMLO, el falso mesías de México: la portada que deja malparado al presidenteEmpresarios al grito de guerraEn México, la sumisión también ha sido históricamente premiada, de muchas maneras. En la actualidad, los pregoneros del poder se rasgan las vestiduras y defienden o justifican, con infumable cursilería, pretendida mesura o perturbadora virulencia, las decisiones, los errores y hasta las mentiras del Ejecutivo, como si éste tuviera el privilegio de la infalibilidad.

Ahora mismo, las críticas de la revista The Economist hacia López Obrador han polarizado aún más el ambiente político y social. “Falso mesías” lo denomina la publicación, acusada por el canciller Marcelo Ebrard de no entender la realidad mexicana, mientras en las redes y los medios los simpatizantes del mandatario cierran filas y vociferan contra el semanario británico, calificándolo de intervencionista y llamando a defender la soberanía nacional, como si nuestra realidad, o la de otra nación cualquiera, no estuviera bajo permanente escrutinio, propio y ajeno, en un mundo global.

En Palacio Nacional, la mañana de ayer el Presidente expresó su molestia contra The Economist y mencionó su falta de ética al convocar a los mexicanos a votar en contra de su partido el próximo 6 de junio. Esto es como si él fuera a Reino Unido —comentó— para pedirle a los británicos votar por su amigo Jeremy Corbyn, del Partido Laborista; “yo no puedo hacer eso —dijo—, porque eso les corresponde a los ingleses”.

No ha ido a Gran Bretaña para apoyar a Corbyn, pero sí fue a Estados Unidos en plena campaña electoral para celebrar el presunto apoyo y respeto de Trump hacia México, brindándole su total respaldo para un segundo mandato presidencial, aunque de eso él y sus palatinos panegiristas prefieren no acordarse.

Fotografía The Economist

El Santo Oficio de José Luis Martínez S en Milenio

clh

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