El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se reunió con el papa Francisco, con quien dialogó sobre la crisis climática y la asistencia a la migración, en una visita al Vaticano que se prolongó durante más de tres horas.
Aprobado el diseño y la impresión de la papeleta para revocación de mandatoLa autoridad médica de Canadá recomendó dosis de refuerzo a mayores de 80 años Francisco y Biden se agarraron las manos en señal de amistad mientras hablaban, según las imágenes proporcionadas por el Vaticano, y también hubo momentos en los que el pontífice se reía con las palabras del mandatario, el segundo presidente católico de la Historia de los Estados Unidos en ser recibido por un papa, después de John Kennedy.
La reunión privada entre ambos duró 75 minutos, superando los 50 que Francisco dedicó a Barack Obama y los apenas 30 de Trump, mientras que después Bise entretuvo casi otra hora con el secretario de Estado y jefe de la diplomacia vaticana.
Durante la reunión privada se habló “del compromiso común con la protección y el cuidado del planeta, de la situación sanitaria y la lucha contra la pandemia de COVID-19“, pero también el papa insistió a Biden en “el tema de los refugiados y la asistencia a los migrantes“, según una nota de prensa del Vaticano.
También se hizo referencia “a la protección de los derechos humanos, incluido el derecho a la libertad de religión y de conciencia y se repasaron “algunas cuestiones relativas a la actualidad internacional, en el contexto de la próxima cumbre del G20 en Roma”, y sobre conseguir la paz mundial “mediante la negociación política”
Según un comunicado de la Casa Blanca, el presidente Biden agradeció a Francisco “su defensa de los pobres del mundo y los que sufren hambre, conflictos y persecución” , así como “alabó el liderazgo del papa en la lucha contra la crisis climática, así como su defensa para garantizar que la pandemia termine para todos a través del intercambio de vacunas y una recuperación económica global equitativa”.
Mientras que agradeció a Parolin, “el liderazgo activo del Vaticano en la lucha contra la crisis climática, tanto a través de la promoción como alentando la neutralidad climática de cientos de organizaciones cristianas en todo el mundo”.
Asimismo, abordaron los esfuerzos para reunir apoyo global para vacunar contra COVID-19 en países en desarrollo y “agradeció al Vaticano por hablar en nombre de los detenidos injustamente, incluso en Venezuela y Cuba, así como se comprometieron a seguir usando sus voces para defender las libertades personales y religiosas en todo el mundo”.
De la delegación estadounidense formaba parte el secretario de Estado, Antony Blinken; el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, y la primera dama, Jill Biden, que vistió un traje azul oscuro con mantilla.
Durante la audiencia, Biden le dijo al papa: “Eres el mayor luchador por la paz que he conocido”.
Biden entregó al papa una moneda con el sello de EE.UU. en una cara y el sello de Delaware en la otra, el estado del que había sido gobernador Beau Biden, el hijo mayor del presidente fallecido de cáncer a los 49 años. “Mi hijo habría querido que tuvieras esta moneda”, dijo Biden y añadió en broma: “La tradición dice que si no la tienes en nuestra próxima reunión, tendrás que pagar las bebidas”.
Durante el tradicional intercambio de regalos, el papa Francisco entregó a Biden una cerámica que representa a un peregrino, sus escritos y su mensaje para la Jornada de la Paz.
Por su parte, el mandatario estadounidense regaló al papa una casulla bordada a mano de 1930, de la Compañía de Jesús, y que pertenece a la colección de la Iglesia de la Santa Trinidad de Washington, donde Biden va a misa los domingos.
Biden llegó a Roma para participar a la reunión de líderes del G20 y también se reunió con el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, y tiene previstas reuniones con el primer ministro, Mario Draghi y el mandatario francés, Emanuelle Macron.
Fotografía: euro news
pot
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