Las cosas en México no están como las pinta el compañero presidente y camarada presidente Andrés.
¿En quién estaría pensando Enrique Krauze?Banco de México. Que haya periodistas neoliberales, pasa. ¿Misóginos? Ya es demasiado pasarYa es urgente que los partidos políticos y legisladores de oposición asuman una actitud más comprometida hacia la ciudadanía y con México. Ante la falta de resultados del gobierno de la 4T el país corre el peligro de entrar en una espiral de crisis económica, política y social y AMLO, ya sin el respaldo que tuvo en 2018, muestra signos de desesperación que hacen aflorar su vena más autoritaria.
Toda la oposición, independientemente de sus ideologías y ambiciones políticas deben cerrar el paso al autoritarismo y al pensamiento de un solo hombre para recuperar el Estado de derecho y el apego irrestricto a la Constitución y a las leyes que de ella emanan, además del respeto y salvaguarda de las instituciones democráticas, promoviendo un debate consiente y consistente para tratar de enderezar el camino por la vía democrática.
AMLO eligió ir por la vía antidemocrática al incorporar a dos instituciones que deberían estar fuera de la vida política: El Ejército y la religión, en su caso, la iglesia evangélica.
El compañero presidente ha decidido fundamentar su dichos y acciones en una errónea “superioridad moral” llegando al punto de exigir “fe ciega” para el representante del “creador” -o sea él- colocándose por encima de la Constitución a la que califica de injusta y de estar al servicio de sus adversarios.
Aunque AMLO presume de ser juarista, hace exactamente lo contrario. Juárez fue un hombre cuyos principios liberales lo llevaron a trascender en la historia principalmente por la separación Estado-Iglesia, fortalecer el Estado laico y promover un Estado federalista y porque, como jurista, basó los principios de la democracia en estricto apego a la Constitución y a sus leyes.
Sin embargo, AMLO se reúne a hacer oración con Confraternice, la congregación cristiana a la que pertenece, en Palacio Nacional, sede del Poder Ejecutivo. Envuelto en su fe cristiana, pretende imponer sus principios a todos los mexicanos y con ese mismo criterio concretar su iniciativa de reforma eléctrica aún por encima de la Constitución:
“Un hombre íntegro, honesto, con ética, con moral y diría, verdaderamente cristiano, no estaría defendiendo la ilegalidad, la injusticia, defendiendo el lucro. Si arreglaron ellos, porque eran los dueños de México y ajustaron el marco legal a sus intereses, porque los legisladores estaban a su servicio, modificaron la Constitución como quisieron para saquear, para robar, bueno, legalmente pueden ellos gozar de privilegios, pero ya hay una realidad distinta…”
Con tal de imponer su ley moral basada en su fanatismo religioso, ha sido capaz de cambiar el fundamento de una Institución como el Ejército y de lanzar un decreto demoledor y fuera de toda proporción e incluso, de la Constitución.
Este decreto presidencial establece que las Obras Públicas de infraestructura de los sectores comunicaciones, aduanero fronterizo, hidráulico, hídrico, medio ambiente, turístico, salud, vías férreas y ferrocarriles sean declaradas de interés público y de seguridad nacional para, según él, agilizar trámites.
Lo que no menciona el camarada Andrés es que las obras se retrasaron por la falta de proyección y la corrupción que priva en proyectos como el Aeropuerto de Santa Lucía, con serias irregularidades en los contratos y, como lo evidenció Carlos Loret, los “moches” que tienen cubrir los trabajadores y el cerro que obstaculiza una de las pistas; Dos Bocas, que desde su diseño fue un reverendo error, que afecta la zona de mangares y además del impacto al medio ambiente, sus cimientos no acaban de cuajar y se hacen y rehacen, los problemas laborales que se han presentado como el paro realizado por más de un centenar de trabajadores de ICA y el beneficio a las compañías de los familiares y compadres de Rocío Nahle; en el Tren Maya no es muy diferente, destrucción de selvas, deforestación e impacto irreversible al medio ambiente.
Ahora AMLO entrega el país a las fuerzas armadas, el gobierno federal constituirá una empresa militar para administrar proyectos de infraestructura estratégicos, porque no confía en la administración de civiles. Así lo dijo: “Si estos bienes se lo dejamos a Fonatur o a la Secretaría de Comunicaciones no aguantan ni la primera embestida”. Es decir, no acepta ni la Constitución ni las leyes ni, mucho menos, el debate plural y democrático.
La realidad es que en tres años esta administración ha generado un aumento de poco más de 10 millones de personas en pobreza extrema (Coneval) y seis millones pasaron de clase media a pobreza (INEGI). En la primera quincena del noviembre se llegó a una inflación de 7.05 por ciento, la cifra más elevada en más de 20 años según Jonathan Heath, subgobernador de Banxico, el precio actual de la gasolina está por arriba del que tenía Peña Nieto y la cifra de inseguridad supera a la que Calderón y Peña Nieto tuvieron juntos.
Este gobierno acumula demasiados agravios, incumplimiento y desorden y AMLO destruye para imponer su voluntad, ya sea por las buenas, mediante la fe evangelista que profesa o por las malas con el Ejército.
La oposición tiene la que quizá sea su última oportunidad para hacerse escuchar y defender los derechos de la ciudadanía, de lo contrario, puede que después sea tarde y un día amanezcamos bajo una tiranía. Es hora de levantar la voz.
Columna de Manuel Díaz en SDP Noticias
Fotografía SDP
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