Jamie Dimon es quizás el banquero más influyente de Estados Unidos. Encabeza JPMorgan y sus puntos de vista son para ser tomados en cuenta.
Ayer, en una conferencia, expresó que calcula que los consumidores norteamericanos aún cuentan con alrededor de 2 billones (trillions) de dólares en sus cuentas, que pueden ser utilizados para gasto.
Dimon estima que veremos todavía de seis a nueve meses de alto poder de compra en muchos hogares.
Pero, el banquero también insistió en que hay un grado elevado de incertidumbre en el futuro. Por ejemplo, la guerra en Ucrania y sus consecuencias –advirtió– podrían llevar los precios del petróleo arriba de 150 dólares por barril.
Las nubes de tormenta que se veían venir sobre la economía, como él las denominó desde meses atrás, se han convertido en un huracán que ya se puede observar en el horizonte.
Lo que no sabemos –indicó– es si será uno pequeño o será como la “supertormenta” Sandy.
Uno de los ingredientes de la turbulencia económica es el alza de las tasas de interés que veremos próximamente tanto en México como en Estados Unidos.
En nuestro país, la percepción de que el Banco de México habrá de aumentar en 0.75 por ciento su tasa de referencia en su próxima reunión del 23 de junio se ha vuelto casi generalizada entre los inversionistas.
En Estados Unidos hay mayor diferencia de opiniones, pero hay consenso en que falta mucho para llegar al techo en este camino alcista.
La historia muestra que es muy difícil evitar una recesión en el futuro cuando las tasas aumentan tanto y por un periodo tan prolongado.
Y, además de la recesión, crecen los riesgos de inestabilidad financiera.
En su informe trimestral correspondiente al periodo enero-marzo, que ayer dio a conocer el Banco de México, no es sorpresa que se anticipe un menor crecimiento y una mayor inflación para este año.
La encuesta que mes con mes realiza el Banxico entre expertos asume una inflación cercana a 6.8 por ciento para finales de este año y un crecimiento de la economía de 1.8 por ciento.
Los datos más recientes en materia de actividad económica han sido positivos y no solo impidieron que siguieran deteriorándose las expectativas de crecimiento, sino que incluso en la más reciente encuesta de Banxico, aumentaran una décima de punto porcentual, pues hace un mes se marcaba una previsión de 1.7 por ciento.
A pesar de la fortaleza que ha mostrado el peso en las últimas semanas, la misma encuesta estima un nivel de alrededor de 21 pesos por dólar para finales de este año, señal de que no tendremos un escenario de un peso cada vez más fuerte en los siguientes meses.
Además, no hay que perder de vista que existen demasiados elementos de incertidumbre en el panorama y que, así como en semanas recientes soplaron vientos favorables, las cosas pueden cambiar en el futuro inmediato.
De hecho, la confianza empresarial, también reportada ayer, tuvo un tropezón en mayo. Es particularmente preocupante la caída en el comercio, que fue de 3.8 puntos respecto a abril.
Es decir, me parece que hay que tomar aún las cosas con mucha cautela.
Tenemos un escenario complicado y no sabemos aún lo que pueda venir en el futuro.