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Jueves, 25 de Abril de 2024

Escándalo sexual provoca la renuncia de ministros en el gabinete de Boris Johnson

Después de toda la sordidez, de todo el fracaso, está claro que este gobierno conservador se está derrumbando: Starmer
Miércoles, 6 de Julio de 2022 09:46
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En menos de 24 horas, cerca de 20 funcionarios han abandonado sus cargos, entre ellos también se encuentran el procurador general Alex Chalk y Laura Trott, secretaria parlamentaria en el Departamento de Transporte.
 
El primer ministro británico, Boris Johnson, enfrenta una crisis de credibilidad en su gobierno, lo que está desencadenando diversas presiones en las propias filas conservadoras para sustituirlo.
 
Esto debido a que su gobierno fue sacudido. este martes por una crisis de consecuencias imprevisibles, iniciada por el escándalo sexual en el que se vio involucrado Chris Pincher, un parlamentario conservador cercano al premier.
 
El ministro de Hacienda, Rishi Sunak, y el ministro de Salud, Sajid Javid, fueron dos de los primeros en renunciar la noche del martes, poniendo en tela de juicio la competencia de Johnson para liderar el país.
 
Sunak argumentó que los ciudadanos esperan que el gobierno sea dirigido de una forma "apropiada, competente y seria"; mientras que Javid afirmó que el gobierno no estaba "actuando en el interés nacional".
 
La mañana del miércoles, el ministro de Infancia y Familias, Will Quince, se unió a Sunak y a Javid, y envió una carta a Johnson anunciando su renuncia, después de que el lunes le dijera a los medios de comunicación que le habían garantizado que el primer ministro no estaba al tanto de una serie de denuncias contra Chris Pincher. Más tarde se supo que eso no era cierto.
 
El ministro del Tesoro, John Glen, también se sumó a la serie de renuncias.
 
“Después de toda la sordidez, de todo el fracaso, está claro que este gobierno conservador se está derrumbando", señaló el líder del Partido Laborista, Keir Starmer.
 
Por su parte, el jefe del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey, calificó el mandato de Johnson como un "gobierno de caos que le ha fallado al país" y le conminó a renunciar.
 
Estos llamamientos ocurren menos de un mes después de que el primer ministro enfrentará una moción de censura en la que el 41% de los legisladores de su propio partido votaron contra él.
 
El ministro de Hacienda, Rishi Sunak, era una de las figuras de más peso en el gabinete.
 
Aquel intento de destituirlo tuvo lugar después de que salieron a la luz pública fotos y pruebas de encuentros y celebraciones en la sede del gobierno mientras el resto del país se encontraba confinado por las restricciones impuestas por el propio gobierno de Johnson durante la pandemia de covid-19.
 
El pasado 30 de junio, el diario británico The Sun publicó una información según la cual el entonces subjefe de la bancada del Partido Conservador en el Parlamento, Chris Pincher, había manoseado a dos hombres en un club privado en Londres.
 
Pincher, quien había sido nombrado en ese cargo por Johnson en febrero de este año en medio de una reorganización del Ejecutivo, renunció inmediatamente.
 
A los pocos días, los medios británicos publicaron información sobre al menos otros seis casos de supuesta conducta sexual inapropiada por parte de Pincher ocurridos en los últimos años.
 
Pincher, quien fue suspendido por el Partido Conservador, ha pedido disculpas y ha dicho que cooperará plenamente con las investigaciones sobre su conducta y que está buscando "apoyo médico profesional".
 
El escándalo de Pincher coloca al  primer ministro británico en una situación difícil debido a que se está cuestionando su buen juicio así como la transparencia con la que el gobierno ha manejado el caso.
 
El pasado 1 de julio, la oficina del gobierno le dijo a la prensa que Johnson no sabía que hubiera acusaciones contra Pincher antes de su nombramiento.
 
El portavoz del gobierno dijo que el primer ministro no era consciente de "acusaciones específicas" sobre Pincher. Esa fue la misma línea que mantuvieron en los días siguientes varios miembros del gabinete.
 
Sin embargo, el 4 de julio, el portavoz del mandatario dijo que Johnson conocía sobre "acusaciones que fueron resueltas o no progresaron hasta la fase de queja formal" y que no se había considerado apropiado detener el nombramiento de Pincher debido a "acusaciones no sustentadas".
 
Por la tarde la BBC reveló que Johnson había sido informado sobre una queja formal sobre el "comportamiento inapropiado" de Pincher, mientras este trabajó en el ministerio de Exteriores entre 2019-2020.
 
Esta queja llevó a un proceso disciplinario que confirmó que sí hubo un comportamiento inapropiado.
 
Johnson dijo: "Hubo una queja que me hicieron llegar a mí específicamente… fue hace mucho tiempo y me la presentaron de forma oral. Pero eso no es excusa, yo debí haber actuado a partir de ella" dijo Johnson en una entrevista con la BBC,
 
El primer ministro calificó como "un error" haber nombrado a Pincher, de quien dijo que se había comportado "muy, muy mal", por lo que pidió disculpas a las personas afectadas.
 
"Todo esto se trata de una cosa: la verdad", señala Chris Mason, editor de Política de la BBC al analizar la crisis en marcha en el gobierno británico.
 
El llamado "Partygate" dañó la credibilidad del gobierno de Johnson.
 
"Al margen de la marejada de detalles y acusaciones, todo se reduce a si la gente puede creer lo que dice el número 10 (como se llama coloquialmente al Ejecutivo británico)", agrega.
 
La respuesta del Ejecutivo al escándalo de Pincher ha ido cambiando progresivamente a medida que han ido surgiendo otros elementos, como ocurrió durante el llamado "Partygate", el caso sobre las fiestas realizadas en la sede del gobierno durante el confinamiento por el coronavirus, en el cual finalmente se comprobó que incluso Johnson había asistido a alguna de estas reuniones sociales.
 
"Las preguntas se refieren a lo que Boris Johnson sabía y cuándo lo supo. Y las respuestas siguen cambiando, a menudo en respuesta a hechos incómodos que demuestran que su anterior defensa era una basura, o al menos no tan sincera como podría haber sido", señala Manson.
 
En teoría, tras haber sobrevivido a la moción de censura en su contra hace apenas un mes, Boris Johnson está protegido de otra iniciativa semejante durante un año.
 
Esto se debe a que así lo establecen las reglas actuales del Comité 1922, el grupo que agrupa a los legisladores comunes del Partido Conservador británico. Estas señalan que ese es el periodo que debe transcurrir para poder volver a someter a cuestionamiento al líder del partido.
 
Sin embargo, los críticos de Johnson quieren aprovechar la convocatoria para renovar a la directiva de ese comité para intentar tomar el control del mismo y cambiar esa regla para hacer posible una nueva moción de censura.
 
Reuters
Foto: Publimetro
LSM

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