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Viernes, 7 de Marzo de 2025

Nunca entendió que tenía que ser un jefe de Estado

AMLO fue llamado para ser un referente a nivel internacional y no se ha desempeñado como tal, por lo que no es menor decir que nunca entendió que tenía que ser un jefe de Estado hacia dentro y fuera del país
Lunes, 12 de Diciembre de 2022 06:17
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Municipios Puebla

“Usted niegue que fue a la fiesta, aunque le encuentren confeti en los calzones.”

DICHO

“You were the chosen one! It was said that you would destroy the Sith, not join them. You were to bring balance to the Force, not leave it in darkness!”

OBI-WAN (EWAN MCGREGOR), ‘STAR WARS EPISODE III: REVENGE OF THE SITH (2005)’

López Obrador nunca entendió que tenía que estar a la altura de un jefe de Estado. Se ha dejado llevar por sus caprichos, por sus resentimientos y por sus necedades, sin atender razones. Y en ello ni siquiera ha guardado las mínimas formas.

Ante el desaguisado peruano, los demás países de América Latina, o bien reconocieron al gobierno recién establecido por la que hasta ahora había sido la vice presidenta de Perú (expresando así su repudio a lo hecho por el expresidente Pedro Castillo) u optaron por asumir una muy cautelosa y discreta posición. Ningún presidente de los que se consideran de izquierda “externaron su opinión” como lo hizo el nuestro. Tienen claro que, desde sus investiduras, emitir cualquier apreciación propia resulta injerencista.

Lula da Silva, presidente socialista de Brasil, condenó las acciones de Castillo y felicitó a la nueva presidenta. Boric en lo personal no compartió nada en redes, mas sí lo hizo su gobierno indirectamente en el foro “Invest Chile” (Invierte en Chile). Los gobiernos de Colombia y Ecuador felicitaron a la nueva presidenta, mientras Argentina y su presidente pidieron conciliación entre las partes.

Nótese que ningún gobierno (siendo Brasil, Argentina, Colombia y Chile regímenes socialistas) ofreció asilo al presidente caído. Salvo México, esto es. Los otros defienden la autodeterminación de los pueblos y la democracia; el nuestro no. (A los últimos seis presidentes de Perú, la justicia los ha buscado y encarcelado por corrupción, asesinatos y otras fechorías. Alberto Fujimori, Ollanta Humala, Alejandro Toledo, Pedro Pablo Kucynski pisaron la cárcel.

El único que no lo hizo fue Alan García, pero porque se voló los sesos cuando iban por él para aprehenderlo. En otras palabras, en Perú se los llevan al bote sin consultas populares, ni amiguismos, ni injerencias.)

Así, mientras los demás países latinoamericanos saludaban a la nueva presidenta, Dina BoluarteLópez Obrador dijo que tomaría tiempo en decidir qué hacer. Quizá se la lleve así hasta el 2024, cuando se celebren elecciones en Perú, tal como lo anunció anoche la recién inaugurada presidenta...

En síntesis: López Obrador fue llamado para ser un referente a nivel internacional y no se ha desempeñado como tal. Tristemente, en cambio, ha sido nombrado en el exterior las veces que se ha entrometido en asuntos que no le conciernen. Ya son muchas.

No es tema menor decir que nunca entendió que tenía que ser un jefe de Estado, lo mismo hacia dentro que hacia fuera de México. Pero, ni hablar, como un porro AMLO pasará a la historia. Como alguien que tira la piedra y trata de ocultar la mano o que tergiversa lo dicho a su ventaja.

No es “una opinión” haber enviado al embajador mexicano a sacar a Castillo de Perú, eso se llama intervencionismo. Pero, si después de todo lo despotricado en la mañanera sobre la situación en esa nación y tras haber girado instrucciones a Marcelo Ebrard de enviar al embajador mexicano a hablar con Castillo (ya detenido) e interceder por él y ofrecerle asilo, AMLO considera que eso no es intervención, tal vez resulta que le dieron a beber lo mismo que al ex mandatario peruano... Y sí: el abogado de Castillo argumenta que su cliente no se acuerda de lo que leyó ni de lo que dijo cuando intentó disolver al congreso nacional de su país. Increíble.
 

La diferencia es que, para la comunidad internacional, no son válidos esos “otros datos”. Tampoco el ampararse en la emisión de una opinión. López Obrador ha quedado como un necio al opinar sobre otro país en el terreno de la clara injerencia. No solo eso, parloteó sobre el asilo político a Castillo sin entender que existen normativas internacionales para poder plantearlo.

Crear problemas donde no los había es la especialidad de la 4T; si es en la esfera internacional, mejor aún según su líder moral. No conforme con los reflectores internos, quiere también los internacionales. Y los obtiene, pero a costa de quedar como alguien que se entromete donde no lo llaman.

Tanto Perú como Ucrania ya le dijeron que no intervenga. ¿Quién sigue? ¿De verdad no entiende que defender sin matices a Castillo, quien intentó realizar un golpe de Estado, eliminando al congreso peruano y dictando un estado de excepción, lo coloca en los mismos términos que al ex presidente del Perú?

López Obrador tuvo la legitimidad, el bagaje, la dispensa social para unificar a todos los mexicanos; también a todos los latinoamericanos. Fue el elegido por 53% mexicana de la ciudadanía que acudió a votar (los mayores de 18 años, no una masa amorfa que el llama “pueblo”), y lo ha echado a perder. Desperdició la oportunidad única que le brindaba la historia.

López Obrador pudo ser el jefe de Estado que requería México, pudo ser el líder de las izquierdas de América Latina; pudo ser el estratega que aprovechó el alejamiento de China de Estados Unidos y atraer muchas —todas— las inversiones; pudo ser el líder del futuro y apostar por las energías limpias.

Pero López Obrador se encaprichó con el modelo vetusto y corrupto de los 70s, y con ello signó su sexenio. Uno —no lo descarten— que intentará dure más de seis años.

Columna de Verónica Malo en SDP Noticias

Foto Galo Cañas

clh

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