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Viernes, 19 de Abril de 2024

Covid-19 golpea fuerte a la educación inicial: matrícula cayó en 23.5 por ciento

La participación de niñas y niños de cero a tres años en la educación inicial se redujo durante la pandemia
Lunes, 30 de Enero de 2023 11:20
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Municipios Puebla
De acuerdo con datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), durante la pandemia, la matrícula de niñas y niños entre cero y tres años que cursaban la educación inicial disminuyó en 23.5%.
 
58 mil niñas y niños se inscribieron al ciclo escolar 2020-202, sin embargo, para el ciclo 2021-2022 no volvieron. Por ello, la educación inicial es el grado escolar que porcentualmente tuvo el mayor abandono durante la emergencia sanitaria, según información en la edición 2022 de los Indicadores Nacionales de la Mejora Continua de la Educación en México de la SEP.
 
La matrícula en el nivel preescolar tuvo una reducción de 406 mil 439 alumnos, equivalente a 8.6%, mientras que en la primaria se redujo en 1.3%, es decir, alrededor de 185 mil alumnas y alumnos. 
 
La secundaria fue el nivel educativo que experimentó un menor descenso, pues la matrícula fue menor en 12 mil 336 estudiantes una disminución de 0.2%—,durante el ciclo escolar 2020-2021.
 
“En los ciclos escolares afectados por la pandemia (ciclos 2019-2020 y 2021-2022) la disminución fue de 1 millón 364 mil 591 estudiantes en educación obligatoria, es decir, 4.5% de la matrícula”, informó la SEP.
 
Todos los habitantes del país están obligados a cursar la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior, conforme a La Ley General de Educación, reformada en 2019.
 
Así mismo, la educación inicial constituye un derecho de niñas y niños; por tanto, el Estado debe ser el garante en su provisión a quienes la requieran, además de generar, progresivamente, las condiciones para su universalización.
 
La falta de infraestructura, los recursos limitados y la pandemia, son algunos de los factores con los que la educación se ha visto interrumpida en su camino a la universalización.
 
Katia Carranza, investigadora de la organización Mexicanos Primero aseveró:
 
“La educación inicial es la que tiene los problemas más graves, sobre todo respecto a la matrícula. Ya teníamos un problema en la educación inicial antes de la pandemia porque no era obligatoria y en 2019, a partir de la reforma, se volvió obligatoria, pero como no es una etapa o una edad escolar en la que los papás consideren que los niños y niñas deben ir a la escuela, es que tenemos desconocimiento de su existencia e importancia”.
 
Tras la modificación al artículo tercero constitucional, la SEP en coordinación de distintas instancias trabajó para poner en marcha estrategias para acercar los servicios de la educación inicial —tanto en su modalidad escolarizada como la no escolarizada— a los padres de familia; sin embargo, el plan se ha quedado en el camino por la falta de recursos, explicó la investigadora.
 
En 2020, ocho de cada 10 niñas y niños en el rango de entre cero y tres años no recibieron ni tuvieron acceso a servicios de educación inicial.
 
“Esto nos habla del problema que ya veníamos cargando previo a la pandemia”, alertó Carranza, al compartir este dato extraído de un análisis de UNICEF y el CIDE.
 
Carranza pudo identificar cinco causas que han contribuido a la baja matrícula en los servicios de educación inicial.
 
La primera tiene que ver directamente con el desconocimiento de la existencia e importancia de la educación inicial para el desarrollo de niñas y niños, pues en comparación con los otros niveles de educación básica, los padres de familia identifican que niñas y niños deben ir a kínder, primaria y secundaria, pero la educación inicial no está contemplada.
 
“No queremos decir que el niño desde que nazca debe ir a la escuela, no, más bien, lo que debe pasar es tener todas estas posibilidades de recibir esta información desde distintos ámbitos”, resaltó la investigadora.
 
“Cuando (niñas y niños) no están en estos servicios, también es más difícil identificar ciertos problemas o ciertos rezagos, por ejemplo, afectaciones a nivel sensorial, afectaciones del habla, es decir, si no pueden llevarlos a estos servicios puede ser que el niño llegue a tener dos años y diga tres palabras y a lo mejor a los papás no les ha caído el 20 de que ese es un desarrollo natural, normal de los niños”, detalló.
 
La segunda causa tiene que ver con el miedo de los papás al contagio de COVID-19; prefieren que se queden en casa, lo que se entrecruza con la tercera causa: que en muchos centros de trabajos se ha optado por el home office y los padres de familia han decidido que, como ellos están en casa, sus hijos también.
 
La cuarta causa tiene que ver con el desconocimiento de los padres de familia sobre los beneficios que significa que sus hijos e hijas cursen la educación inicial, porque las autoridades federales no se han dado el tiempo ni el presupuesto para hacer una campaña intensiva de información.
 
La última cauda también tiene que ver con la falta de información, los papás desconocen que pueden llevar a sus hijos a los servicios públicos, aunque no sean derechohabientes. 
 
“Esto pasa específicamente en los centros de atención infantil que pertenecen a la SEP, por ejemplo, en las guarderías del IMSS, del ISSSTE, todo mundo sabe que si eres trabajador entonces claro que tienes el derecho de llevar a tus hijos a la guardería y antes solo los hijos de los maestros podían ir a esos centros de atención infantil de la SEP; actualmente, están abiertos a todo público, pero la gente no lo sabe”, dijo la investigadora.
 
El modelo de educación no escolarizado se ofrece a través del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) y es un servicio orientado a atender a localidades pequeñas con un alto grado de marginación y a comunidades indígenas.
 
En la educación inicial comunitaria los servicios no atienden directamente a niñas y niños, sino a padres, madres y cuidadores que tienen a su cargo niños o niñas de menos de cuatro años. Contrario a lo que sucede en la educación no escolarizada de otros niveles y tipos educativos.
 
Ellos reciben orientación y asesorías para inculcar y fortalecer prácticas de crianza que promuevan el desarrollo integral. 
 
Aunque la educación inicial es obligatoria, Carranza subrayó que, si los niños y niñas no la cursan, no tienen ningún impedimento para continuar con sus estudios de preescolar.
 
En cambio, respecto a la primaria y secundaria; sí se pronunció por la importancia de acudir a los centros de la SEP.
 
Foto: Profelandia.com
LSM

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