Andrés Manuel López Obrador ha hecho del yerro en materia administrativa una costumbre. Sin embargo, en política el tabasqueño encarna la maestría.
Morena rechaza a Ricardo Salgado como comisionado del INAIGobernar en coalición, Alejandra del MoralSu brevísima desaparición de la vida pública del país por motivos de salud fue el preámbulo de un torbellino de especulaciones, teorías de la conspiración, ingeniería de verdades a medias y de acrobacias falaces.
Todos tenían una respuesta a la interrogante sobre qué le había sucedido al presidente. Todas coincidían en algo: una cuestión de salud. Pero luego las expresiones se ramificaban en un entretejido complejo y absurdo de múltiples y distintas hipótesis que iban desde el leve resfriado, hasta la muerte cerebral del presidente.
No cabe duda que el hermetismo mostrado por los estrategas de comunicación social de AMLO frente al público no fue improvisado ni consecuencia de la iniciativa propia del equipo del presidente. Imposible. El gobierno de Andrés Manuel es vertical en todas sus facetas.
En esta administración nadie hace nada sin que López Obrador lo ordene.
Quizás la razón por la cual se guardó tanto silencio fue para medir el ánimo de la gente, tantear el cariño de simpatizantes o la animadversión de los detractores. El debate entre la vida y la muerte funge siempre como buen ruedo para que ideas y posturas antitéticas se enfrenten.
Lo que es un hecho es que la trama fue utilizada para vapulear a alguien: a Adán Augusto López. Y el golpe se lo tiró el mismísimo presidente de la República.
El lunes por la mañana, el secretario de Gobernación, sustituyendo a Andrés Manuel en la tradicional conferencia de prensa matutina diaria, aseguró que el titular del Ejecutivo no se había ni desvanecido ni se le había trasladado vía aérea.
Tres días después, Andrés Manuel López Obrador personalmente lo desmintió: sí se desvaneció y sí lo trasladaron en un avión a la Ciudad de México. Así lo manifestó y aceptó él mismo en un vídeo que publicó en sus redes sociales.
¿Por qué habría AMLO de contradecir a uno de sus favoritos para sucederlo en la presidencia? Sólo se me ocurre una respuesta: para favorecer a otro de sus favoritos. Y nada más le queda una: Claudia Sheinbaum.
Columna de Humberto E,.Cavazos en SDP Noticias
Foto Cuartoscuro
clh
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