“Que nunca se permita el amiguismo, el influyentismo y el nepotismo, ninguna de esas lacras en la política. MORENA debe de ser faro de moralidad.”
ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, 27 ABRIL 2015.
Pues a ese faro se le fundió el foco. O de plano se le quemó toda la instalación eléctrica. Solo así se entiende que ni los propios cuatroteístas parecen haber leído la “Guía ética para la Transformación de México” o, de perdida, su versión anterior también conocida como la Cartilla Moral.
AMLO confirma el reintegro de mil 900 mdp a Puebla a través del SATAgenda de AMLO este 5 de mayo desde PueblaUn nuevo escándalo sacude a la 4t. Uno que de acuerdo con el Andrés Manuel candidato se encuadra perfectamente como conflicto de interés tal y como sucedió con la “Casa Blanca” de Angélica Rivera, entonces esposa de Peña Nieto. Muchos de los que ahora son gobierno coincidieron con el férreo opositor —y por supuesto capitalizaron políticamente en torno a ello— cuando este señaló ese asunto como una muestra flagrante de un acto indebido. Y todo por haber sido una transacción que involucraba a uno de los proveedores del sexenio pasado. Lo que es más, si hoy se le pregunta a esos mismos lopezobradoristas su opinión sobre la mentada casa, la respuesta sería seguir acusando conflicto de interés.
En ese entonces, Virgilio Andrade, amigo de Peña Nieto y quien fungía como secretario de la Función Pública, sostuvo que NO se trataba de un conflicto de interés. Pero hoy, ¡lo que son las cosas!, Andrade ni mandado a hacer para ser repetir en dicha dependencia. Ahora se podría argumentar lo mismo que dijo el ex secretario en aquella ocasión si no fuera por un pequeñísimo detalle: que en todo momento Andrés Manuel López Obrador candidato sostuvo que eso que decía la Función Pública de La Gaviota era falso. AMLO clamó y clamó y clamó que sí existía ese conflicto de interés; hoy, como presidente, por tratarse de su familia y de allegados a su gobierno, no aplica.
Entonces, ¿en qué quedamos? Si hoy abrazan la conclusión de que no hay conflicto de interés, ¿qué hacemos con lo que ha sostenido el primer mandatario con respecto a los sexenios pasados? En otras palabras, dado que en su momento insistieron que con “La Casa Blanca” sí había conflicto de interés, Andrés Manuel debiera verse en el mismo espejo.
Pero después de la mañanera del día de ayer, ya no hay duda: los contratos con los “amigos de los hijos del presidente” existen; el presidente lo ha confirmado. Y por lo mismo, el conflicto de interés se da bajo la definición que ha manejado el mandatario. ¿Y saben qué es lo peor? Que ocurre con aquel que dijo que no lo haría.
El bipolar Andrés Manuel, que fue un azote en contra de la corrupción, resulta que de pronto no puede ver lo que es evidente.
Mención aparte, por cierto, merece Román Meyer Falcón, secretario de la Sedatu, en razón de las también probadas adjudicaciones directas, obras pagadas a sobreprecio y/o mal hechas. Ahí también el gran conflicto de interés y la corrupción. Andrés Manuel candidato ya hubiera clamado en contra de dicho funcionario y pedido le despidieran (además de exigir a la ASF una auditoria); el Andrés Manuel presidente ha preferido ni siquiera mencionarlo.
Si existiera un faro de moralidad, no se hubiera permitido Segalmex. A estas alturas su director estaría en la cárcel y no cobrando en otra instancia gubernamental. También se hubiera ya despedido al director del INM y se le hubieran fincado responsabilidades ante la tragedia.
Sin embargo, el faro que guiaba al candidato no llegó a alumbrar sus días en Palacio. Ni la cartilla moral ni la palabra empeñada han podido parar a funcionarios públicos que son iguales o peores que a los pasados; a quienes fustigaría Andrés Manuel candidato y a quienes justifica Andrés Manuel presidente.
Columna de Verónica Malo en SDP Noticias
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