AMLO, Claudia Sheinbaum, Nahle y Bartlett se encargaron de echar atrás todos los avances en materia energética y de energía renovable, sin embargo, en la mañanera de ayer, Manuel Bartlett al informar el estado que guarda la CFE, aseguró que se ha revertido la caída en generación eléctrica, en otras palabras, tragó sapos y sus palabras.
La farsa y el ascoDurante estos cinco años cancelaron las subastas de energías renovables y detuvieron más de 200 proyectos solares y eólicos que se encontraban en proceso de construcción. Cancelaron las sociedades de auto abasto, demandaron a las principales empresas transportistas de gas natural, evitaron la entrada de las energías renovables, privilegiaron las energías de origen fósil y propusieron una reforma a la Ley de la Industria Eléctrica absurda, regresiva y contaminante que pocos o nulos beneficios traería para México.
A toda costa se buscó regresar a los monopolios estatales y a la corrupción que implica, a los amiguismos y compadrazgos, a la entrega de contratos por adjudicación directa, la vía preferida de la 4T, como bien se ha visto.
Según la 4T, la reforma energética de Peña Nieto era “neoliberal” y atentaba contra el pueblo. Entre los objetivos de esa reforma estaba “atraer mayor inversión al sector energético mexicano para impulsar el desarrollo del país”, ampliar la matriz energética e impulsar la transición aprovechando el potencial del país por tener el clima para la generación con viento y sol.
Con la reforma de Peña los contratos se otorgaron a través de licitaciones públicas internacionales y muy competidas, por lo que el gobierno en funciones logró precios de mercado y tasas de retorno competitivas, y con ello el fortalecimiento de la CFE y Pemex, lo que atrajo una mayor inversión privada nacional y extranjera, sobre todo en el sector automotriz, antes del fenómeno del nearshoring que hoy nos favorece.
En el gobierno de Peña Nieto se duplicó la infraestructura de ductos para el transporte de gas natural y uso de CFE, y se inició la construcción de centrales de cogeneración, mismas que a la llegada de Bartlett se detuvieron bajo la justificación de que estaban subutilizadas, sin embargo lo que no dijo, fue que la razón era el incumplimiento de un compromiso de CFE para construir las centrales que las aprovecharían.
Como la propuesta de Bartlett fue totalmente ilegal y violatoria de la Constitución y los tratados internacionales, se dejaron venir litigios que tensaron las relaciones con países como Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Canadá. Pero ahora, como si no pasara nada, dicen que el gas natural y los renovables son lo que México requiere.
Bartlett afirmó en la mañanera que logró construir redes de transmisión, cuando apenas se trata de pequeñas inversiones, que concluyó las centrales de cogeneración, cuando las más avanzadas están a un 70% y que el gas natural es el combustible de la transición.
Ejemplos hay muchos, José Ramón y su relación con Baker Hughes, la Casa Gris; la empresa Sempra/IENova, que tiene como vicepresidente jurídico a René Buentello Carbonell, uno de los coyotes que utiliza un hijo de AMLO para negocios cómo el de la licuefacción del gas natural para exportación.
Para tener el control de las empresas de energía, Lizeth Perla, amiga de Rocío Nahle creó la asociación “Vivir con Energía” y cualquier empresa que requiera un trámite o un contrato tiene que pasar por ella; la AMGN está controlada por la empresa Diavaz de Luis Vázquez, quien como gran amigo y aliado de AMLO, impuso a su sobrino Alfredo Bejos como su vicepresidente; y IEenova, de Tania Ortiz, tuvo en su consejo a Luis Téllez, quien impuso como presidenta a una ex colaboradora.
Carlos Slim, quien con esta administración ha obtenido más contratos y negocios que con Salinas, participa en grandes proyectos del gobierno federal como el que en febrero del año pasado anunciaron CFE en conjunto con Carso Energy y Sempra Infraestructura, con la firma de un memorándum de entendimiento para avanzar en una potencial alianza estratégica para el desarrollo de infraestructura para el transporte de gas natural entre los estados de Sonora y Baja California, además el pasado 21 de diciembre, Bartlett y Slim firmaron una alianza estratégica para desarrollar, construir y operar un gasoducto en el noroeste del país.
Sheinbaum, por su parte, apoyó la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica de AMLO/Bartlett y el regreso del monopolio del Estado y de la oligarquía cuatrotera, pero, en su desesperación, ahora ella y su equipo se pronuncian en favor de las energías renovables y la transición energética que antes negaron.
Su equipo de energía, encabezado por el catedrático Jorge Islas en reunión con los integrantes de la AME, reconoció la necesidad de una rápida descarbonización del sector energético y que hay fuertes necesidades de inversión, tanto del Estado, como de los privados, para atender la creciente que resulta del nearshoring. En otras palabras: la reforma de Peña Nieto.
A tragar sapos, con tal de ganar votos.
Columna de Manuel Díaz en SDP Noticias
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