Finalmente, la reputación de Boeing va en caída libre. No queda claro cómo va a recuperar la confianza en los usuarios, porque estamos hablando de graves problemas en la fabricación de aviones que ponen en riesgo la seguridad de quienes hacen uso de sus aeronaves.
Y en la entrevista, Tim Clark remata: “Tienen que revisar sus procesos de fabricación para que no haya que tomar atajos, etc. Estoy seguro de que Dave Calhoun y Stan Deal están en eso… Esta es la última oportunidad”.
Con anterioridad el CEO de Alaska Airlines también dejó ver ante los medios su molestia con Boeing. Lo mismo ha pasado con United Airlines, American Airlines y Delta, compañías aéreas que cuentan con no pocos aviones de esta fabricante en sus flotas.
Seguramente ustedes conocen el dicho que dice “la burra no era arisca, la hicieron los palos”. Hay aviones modelos B777 y B787 que Boeing tiene pendientes de entregar a Emirates, y la aerolínea ya tiene contemplado mandar a sus propios ingenieros a supervisar, tanto a Boeing como a Spirit AeroSystems, la empresa que le “maquila”, la fabricación de los aviones que están pendientes de entregar.
Primera vez que ocurre, que una aerolínea “supervise” la fabricación de aviones. Esto se llama “desconfianza” en los estándares de calidad y sobre todo de fabricación.
Como en toda historia, hay un porrista, al que no le importa la seguridad de los pasajeros. Sí, estamos hablando del CEO de Ryanair, Michael O’Leary, que había dicho que si nadie quería los aviones defectuosos B737MAX, él los toma todos. Ojalá fuera solamente una bravuconada, o ganas de llamar reflectores, pero esta declaración mediática no puede ser tomada a la ligera.
Y es que estamos hablando de la línea aérea de bajo costo más grande de Europa. En los hechos, la bajostera hará justamente lo mismo que Emirates: mandar a sus propios ingenieros a todas las fabricas que le maquilan a Boeing “para realizar controles adicionales”, tal y como lo recoge CNN.
Por su parte, Dave Calhoun, el CEO de Boeing dijo en una entrevista para CNN, estar confiado, pues tener “un mayor escrutinio, los hará mejores”. Yo pregunto, para hacer las cosas bien ¿necesitas supervisión?
Una de las grandes características de las sociedades de primer mundo, es que la autoridad o el gobierno no esta detrás de sus ciudadanos; ellos saben que sus actos, si rompen las leyes, tendrán consecuencias negativas.
No es un secreto que mucha gente se sorprende de que personas de algunas ciudades de primer mundo pagan su entrada al transporte público sin que haya una persona de por medio que lo verifique, porque para ellos es deshonesto no pagar, y simplemente no conciben cuando los usuarios de “otras latitudes” les proponen usarlo “gratis”, ya que nadie los sancionaría.
Esto es, los ciudadanos en una sociedad educada y con conciencia cívica no se requiere que se les “supervise”, porque “saben qué es lo que deben hacer”, y al contrario, se enorgullecen de tener altos estándares de seguridad. Es por eso que en el caso de Boeing -y todas sus pifias- han llamado la atención del mundo entero.
Estamos hablando de la fabricante de aviones de la nación (hasta ahora) más poderosa: los Estados Unidos, que fue sinónimo de altísimos estándares de seguridad, innovación tecnológica, pero sobre todo, que era una marca consentida entre los pasajeros de avión, al grado de que uno de sus lemas era “Si no es Boeing, no me voy”.
Hoy es escudriñada, tanto por las aerolíneas como por los pasajeros, así como por las autoridades norteamericanas. Para mí, estas últimas están siendo sumamente indulgentes; quienes conocemos a Boeing, sabemos que no solamente fabrica aviones comerciales, sino también aviones de guerra, y Estados Unidos se destaca por ser extremadamente bélico.
Veremos si logran remontar, o de plano estamos ante la caída de un grande. El tiempo nos lo dirá.
Columna de Ximena Garmendia en SDP Noticias
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