Frente a la oleada de ataques y desinformación sobre las reuniones que sostuvo el papa Francisco con las dos candidatas a la presidencia de México, hay que hacer algunas observaciones objetivas y puntuales.
- Las reuniones papales privadas (no siempre son audiencias) se logran por gestiones desde autoridades eclesiales o desde laicos (personas que no son sacerdotes u obispos) bien posicionados. En este sentido ambas candidatas demostraron músculo en cuanto a relaciones, aunque siendo México un país tan importante para la Iglesia Católica, no es de sorprenderse que ambos espectros tengan influencia.
- El voto conservador radical de los panistas de base no tiene aprecio por el Pontífice actual, de hecho, las últimas declaraciones sobre la bendición para parejas homosexuales y otras críticas que Francisco ha hecho al capitalismo, la hipocresía y hasta el regaño que le dio a los obispos mexicanos en 2016 no ha caído bien a estos grupos ultracatólicos. El éxito del encuentro es para Sheinbaum y sus bases populares y para Xóchitl y sus bases católicas menos conservadoras.
- El Vaticano hace política y la sabe hacer bien: Francisco recibió a Milei hace unos días, no en su despacho privado porque evidentemente no hay afecto. A Xóchitl no la conoce y es notoria la reacción y la distancia (tiene el mismo rostro que cuando conoció a Maduro o a Trump), se muestra serio y formal. En cambio, el contacto de Sheinbaum -Héctor Sulaimán- un católico y amigo del papa, le permitió una reunión en su despacho privado en Santa Marta, donde ha recibido amistades de hace tiempo como Gustavo Vera o María Eugenia Vidal. Si la forma es fondo, a una la recibió por obligación y a la otra con familiaridad.
- El comentario de Xóchitl sobre el encuentro tiene un trasfondo electoral y perverso: Primero, busca denotar su fe católica (habrá que ver cómo logra resolver temas como la militancia feminista, el aborto o la inclusión de la comunidad de la diversidad sexual sin enemistarse con la Iglesia ni con sus bases ultraconservadoras -las mismas que saldrán a marchar el 18 de febrero por la “defensa de la democracia”-).
- Después, al afirmar Xóchitl que ella es “católica desde hace varias generaciones” nos remonta a un tema de castas y de supremacía. Esto, claramente, no es católico, puesto que en su etimología la palabra “católico” viene de kata y olos (holos), universal. Es decir, es una religión abierta al mundo y a sus diversas expresiones religiosas. ¿No hay una sutil referencia antisemita a su contendiente al hablar de un catolicismo generacional? (Ojo, en sus bases conservadoras hay comunidad judía y dispuesta a cuestionarla y a su campaña -el caso de la portada fascista en Siempre! es ejemplo-).
- El triunfo se lo lleva Claudia Sheinbaum al no ser católica, ser librepensadora y científica y encontrarse con un líder religioso y político, referente del pensamiento socialdemócrata, más cercano a los principios de Morena que a los del PAN (con sus escándalos de incongruencia católica) o los del PRI que persiguió tanto a la Iglesia (¿ya olvidaron qué ideología torturó y mató a José Sánchez del Río o fusiló al Padre Pro?).