Suponiendo que existiera ese “mágico mundo de colores”, ¿irán a volar en dragones, pegasos, hipogrifos o mantícoras? Porque en aviones no creo que puedan.
Insisto, dentro del mundo de las compañías arrendadoras de aviones, Interjet no es una empresa de fiar por los enormes adeudos que dejaron; hace un mes declaraban a distintos medios que de pagarse este dinero, para este mes o en abril estarían ya en condiciones de volver a operar. Sabemos que eso es falso, pero no les preocupa mentir; así lo han hecho todo este tiempo desde que tomaron el control de Interjet. Las fechas para el arranque de operaciones las han ido “pateando” hacía adelante, poco después declararían una vez más que el arranque sería para el mes de agosto.
Los más afectados en este asunto siguen siendo los trabajadores, con un síndico que más que hacer un plan de dispersión equitativo, está asegurándose su pago, y unos “dueños” de Interjet entorpeciendo la impartición de justicia, al quererse erigir como voceros de los trabajadores, y paladines del debido proceso, pero metiendo debajo de la alfombra el hecho de que ellos les adeudan más de 2,800 millones de pesos a los trabajadores.
Explico: son procesos diferentes (y por ende, deudas diferentes) uno derivado de la huelga estallada por los trabajadores cuando la empresa tenía un mes de haber parado las operaciones y que llegó a un laudo que condena a Interjet a pagar a los trabajadores sindicalizados 2,800 millones de pesos.
Por otro lado (aunque al mismo tiempo) está el juicio de concurso mercantil, que recordemos no fue solicitado por Interjet, sino por un acreedor distinto. Dicho proceso ya pasó por la fase de declaratoria de quiebra de la compañía aérea.
En ese juicio, cuyo expediente tiene más 50 tomos, es donde el síndico recuperó poco más de 800 millones de pesos de diferentes fuentes, ni un solo peso proveniente de los Del Valle para el pago a los acreedores, siendo los trabajadores los primeros en cobrar. Ese dinero es el que el síndico quiere dispersar, apartando primero sus honorarios. Ese dinero es el que los Del Valle quieren “publicitar” como un paso “cada vez más cerca de retomar el vuelo”.
Como podemos ver son cosas distintas, pero ambos recursos van encaminados a los trabajadores, porque así lo marca la ley, que son los primeros acreedores en una quiebra, y a quienes se les debe pagar su laudo, ya ganado en la JFCA.
No queremos que este caso termine empantanándose como muchos otros. En México tenemos un lamentable ejemplo de trabajadores que están lejos de recibir algún tipo de justicia, y me refiero al caso de AeroCalifornia, quienes el domingo 10 de marzo llevaron a cabo una reunión, y se han sumado al movimiento Barzón Popular, de Crescencio Morales, el mismo personaje que estuvo apoyando a los compañeros de la Asociación de Jubilados, Trabajadores y Extrabajadores de la Aviación Mexicana (AJTEAM).
Los trabajadores de AeroCalifornia también tienen su laudo ganado en la JFCA, pero no han podido hacer líquido ya que la aerolínea ya no tiene bienes de dónde puedan cobrar. Precisamente no queremos que eso mismo pase con los compañeros de Interjet. Dejo para más adelante el análisis del caso de AeroCalifornia, que bien merece un espacio y mención propios.
Ahora lo importante es que el síndico realice bien su trabajo y deje a un lado sus pretensiones económicas. Tan solo con lo que ha cobrado por llevar la quiebra de Mexicana, el hombre podría vivir sin mucha preocupación, pues son millones los que se ha llevado, y en este caso pretende lo mismo.
Aprovecho la temporada de elecciones federales. Es más que obvia la urgencia una reforma a todo el sistema de impartición de justicia, y en específico al rubro de justicia para los trabajadores.
Es una constante en la historia de nuestro país que los empresarios gozan de total impunidad, mientras lo que la clase obrera es la que termina pagando los platos rotos. Pensando en esto es por lo que sumo mi grito de inconformidad a la protesta valiente de mis compañeros de Interjet.