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Domingo, 10 de Noviembre de 2024

Laboratorios del INAH restauran cerca de 1,000 piezas prehispánicas halladas en la ruta del Tren Maya

Se trata de urnas funerarias, platos policromos, ollas y tabaqueras decoradas con elementos antropomorfos o zoomorfos, objetos de concha y lítica
Domingo, 14 de Julio de 2024 14:02
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Cerca de 1,000 piezas de cerámica de época prehispánica, halladas durante las labores de salvamento arqueológico que precedieron a las obras de construcción del Tren Maya, han sido restauradas por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), entre las que destacan urnas funerarias, platos policromos, ollas, veneneras y tabaqueras decoradas con elementos antropomorfos o zoomorfos, objetos de concha y lítica tallada. 

Dicha labor se realiza en los laboratorios de restauración que fueron concebidos a partir de 2021, por la Dirección de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dependencia de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.

Desde ese año a la fecha, los laboratorios han recibido 1,914 elementos de cerámica, lítica, concha y hueso hallados, de los cuales se han restaurado 981, informó el coordinador del Área de Conservación del Proyecto Tren Maya, Felix Camacho Zamora, desde Campeche, quien especificó que el conjunto abarca una temporalidad que media entre los periodos Preclásico Medio y Clásico Tardío (700-600 a.C. - 850-900 d.C.).

“La labor más importante del restaurador es mantener la estabilidad de las piezas, aplicando los procesos necesarios que aseguren su preservación”, expuso el especialista al recordar que, al inicio de los trabajos de salvamento, la tarea de las y los restauradores fue itinerante y acompañó a los arqueólogos, “porque, prácticamente, íbamos atendiendo las piezas halladas a partir de la excavación, a lo largo de los 1,554 kilómetros de vías férreas del tren”.

Los laboratorios de restauración han tenido varias sedes desde que iniciaron: primero estuvieron instalados cerca de las excavaciones, particularmente en Tenosique, en Tabasco; después en Escárcega, en Campeche; Valladolid, en Yucatán, y en Playa del Carmen, en Quintana Roo. Actualmente, hay tres laboratorios instalados. El personal en cada uno depende de la carga de trabajo.

El laboratorio de Campeche, Campeche, cuenta con tres restauradores, un arquitecto y un técnico especializado en restauración. En él se han intervenido 450 piezas.

En Mérida, Yucatán, laboran dos restauradores y un técnico especializado en restauración. Allí se han restaurado 411 objetos.

Y, finalmente, en Chetumal, Quintana Roo, donde hoy en día se concentra la mayor carga de trabajo, hay ocho restauradores y un técnico especializado en restauración, quienes han atendido 120 piezas.

Proceso de atención   

Una vez que el equipo de arqueología rescató las piezas, las y los restauradores les aplicaron materiales consolidantes, adhesivos, pastas de resanes especializados con la finalidad de estabilizarlos y mejorar su materialidad.

El jefe del laboratorio de restauración de Campeche, Eduardo Antonio Ortiz Hernández, detalló que el proceso por el que pasan las piezas al recibirlas inicia con un registro fotográfico, a fin tener información sobre las condiciones en que llegaron.

“Cada una pasa por una limpieza mecánica en seco, a través de brochuelos o espátulas de dentista, para eliminar la acumulación de tierra o elementos que vengan adheridos, y posteriormente, para identificar presencia de sales, se realizan una serie de pruebas físico-químicas, se aplica ácido acético para detener sus efectos, y se enjuagan en una solución de agua-alcohol”.

Una vez que están limpias, se realiza un prearmado en una cama de arena para evaluar el porcentaje de fragmentos de cada pieza o su calidad. Enseguida, comienza la reintegración volumétrica y la unión de las partes y, para concluir, se realiza la reintegración cromática con pinturas al barniz.Nuevamente, se realiza un registro fotográfico para tener evidencia sobre cómo concluyó la restauración y la pieza es embalada. Cada uno de los pasos de la intervención se registran en una base de datos, los cuales se utilizan para elaborar las cédulas de cada objeto.

Aunque la mayoría de las piezas permanecen en los laboratorios, algunas se presentaron en la exposición Súbete al Tren, en febrero de 2023, en el Complejo Cultural Los Pinos y, de acuerdo con Camacho Zamora, se espera realizar otra en el Ateneo Peninsular, en Mérida.

 

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Foto: Especial

cdch

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