En 1984, a partir de una investigación del antropólogo Joaquín Galarza, con el apoyo en la narración del locutor Claudio Obregón y el nahuatlato Alfredo Ramírez, el documental Tlacuilo, el que escribe pintando inició su recorrido por las salas de cine, mostrando el modo en el que funcionaba la escritura ideográfica mesoamericana, particularmente la de la cultura mexica.
Con el tiempo, el metraje original de esta obra, acreedora al Premio Ariel Especial, de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, en 1988, sufrió el desgaste natural de su soporte en celuloide, motivo por el cual, en 2023, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dependencia de la Secretaría de Cultura federal, acometió su restauración y remasterización, en conjunto con Estudios Churubusco.
Los resultados de dicha colaboración fueron presentados, el 30 de septiembre de 2024, en una función especial en la Cineteca Nacional de las Artes, con la presencia del director general del instituto, Diego Prieto Hernández, y del cineasta Erwin Neumaier de Hoyos.
“Tlacuilo es el término nahua que designa ‘al que escribe’, ya sea un hombre o una mujer”, explicó el antropólogo Diego Prieto al encomiar la restauración del filme y el hecho de que su remasterización permitirá proyectarlo en los canales 11 o 22 de televisión pública, e incluirlo en la cartelera de espacios como la Cineteca Nacional Chapultepec, recientemente aperturada.
La intención de este documental, abundó, es brindar las claves para entender, de forma didáctica y amena, la escritura antigua mesoamericana, en particular la del mundo nahua, para lo cual se recurre al Códice Mendoza, un documento de tipo mixto que al haberse creado en el siglo XVI, durante los primeros años del dominio virreinal, incluye elementos del mundo prehispánico y glosas en castellano.
En su época, la intención del códice, cuya manufactura fue ordenada por el virrey Antonio de Mendoza -del cual toma el nombre-, era servir como un informe al rey de España, Carlos V, acerca de la historia, economía, sistema de tributos, orden político y vida cotidiana de la recién conquistada Tenochtitlan.
“Fue un gusto acompañar este trabajo de restauración, el cual implicó, entre otras labores, la estabilización y el escaneo del material original”, explicó Erwin Neumaier al agradecer al INAH el interés en recuperar esta obra, de 56 minutos, que no solo resulta importante para la divulgación del patrimonio, sino para la propia historia del cine en nuestro país.
Lo anterior se debe a que Tlacuilo…, innovó al ser una de las primeras producciones documentales animadas, cuadro por cuadro, en México.
“Restaurar no solo es devolverle su mejor calidad al material, sino ponerlo a disposición de nuevas generaciones en las mejores condiciones posibles”, concluyó Neumaier de Hoyos al coincidir con el titular del INAH en la voluntad de proyectar el filme en la mayor cantidad de plataformas: cines, televisión o, incluso, redes sociales.
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Foto: Especial
cdch
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