Jorge Romero, en su afán por proyectarse como el líder que “renovará” al PAN, compartió una foto del día del debate en redes sociales rodeado de su equipo de campaña y promotores. Pero observando de cerca a los personajes que lo acompañan, la pregunta es inevitable: ¿Es este el tipo de PAN que queremos? Los rostros detrás de Romero están plagados de escándalos y señalamientos de corrupción, representando todo lo contrario a los valores que supuestamente defiende Acción Nacional.
López Dóriga: elogiar a Sheinbaum pateando a López ObradorLa CNDH y un árbol que da moras…Ahí está Juan Carlos Terrazas, secretario general adjunto del CEN, quien, pese a pedir “permiso” para acompañar a Jorge Romero en su campaña, ha sido señalado por agandallarse las posiciones de candidaturas junto con sus hermanos Adrián y Daniel Martínez Terrazas, quien intentó hacerse pasar por indígena para lograr una posición como Diputado Federal Plurinominal. Lo acompaña Max Cortázar, un consultor que más que hacer política, se dedica a vender sus servicios a gobiernos panistas por sumas astronómicas, además formó parte del fracaso de la campaña de Xóchitl Gálvez. ¿Es este el tipo de consultor caro que necesita la oposición?
Armando Tejeda, otro miembro cercano, es recordado por dejar sin casilleros a más del 60% del país, afectando directamente la votación. ¿Qué tan confiable puede ser alguien que dejó a su partido vulnerable? De haber cumplido su trabajo hoy no tuviéramos la sobre representación de Morena y sus aliados y mucho menos Reforma Judicial.
No podemos ignorar la presencia de Ricardo Anaya, quien después de poner a Marko Cortés en la dirigencia, huyó a Estados Unidos por seis años para evitar problemas legales, regresando solo gracias al fuero que le ofrece el Senado. Tampoco puede pasarse por alto a Luis Mendoza actual Alcalde de la Benito Juárez, cuyo hermano está prófugo por acusaciones vinculadas con el Cártel Inmobiliario de la Benito Juárez ni a Eduardo Rivera, quien enfrenta acusaciones de un desfalco al erario por 600 millones de pesos durante su paso por la Alcaldía de Puebla. ¿Estos son los aliados en los que quiere confiar Romero para la “renovación”?
Además, encontramos figuras como Luis Serrato, el sonorense quien salió de Chihuahua tras acusaciones de corrupción, siendo removido por la propia gobernadora Maru Campos, según lo dice la vox populi y además Marko Cortés lo premia con una Diputación Federal.
Jorge Romero puede intentar vendernos un discurso de renovación, pero la realidad es que se rodea de personajes que representan todo lo que el PAN debería rechazar: corrupción, intereses personales y traiciones a los principios democráticos. Los panistas deben reflexionar seriamente: ¿Es este el tipo de dirigentes que quieren que los representen? ¿Quieren un partido lleno de personajes cuestionables que desvirtúan su esencia institucional y alejan a los ciudadanos?
¡El domingo lo sabremos!
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Columna de Manuel Díaz en SDP Noticias
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