“El sabio puede cambiar de opinión, el necio nunca” es una frase atribuida a Emanuel Kant, y en este caso concreto me gustaría resolver la paradoja: se critica y se cuestiona por qué y para qué acude Claudia a dicha reunión en Brasil, si en cualquier momento “algo” puede pasar en México. Curiosamente son esas mismas voces que criticaban acremente la actitud “pueblerina” de Andrés Manuel López Obrador de no salir de México, y atender las reuniones por video conferencias, o de plano por llamada telefónica.
El argumento de la pérdida de conectividad por viajar en una aeronave comercial queda bastante endeble, sobre todo cuando sabemos en qué línea aérea viajó la jefa del Estado Mexicano.
Claudia Sheinbaum viajó por la aerolínea Copa, de bandera panameña; hizo escala en Panamá, para proseguir a su viaje a Brasil. Y tanto en el avión como en el aeropuerto hay Wi-Fi, esto es, nunca estuvo “desconectada”.
Y es que Copa Airlines desde el 23 de junio del 2021 ofrece en sus vuelos el servicio de “Copa Showpass”, y así lo anunció a través de sus redes sociales:
“¿Ya conoces nuestro sistema inalámbrico de entretenimiento a bordo, Copa Showpass? Durante tu viaje puedes conectarte a la red Copa Showpass desde tu dispositivo personal. Al ingresar a http://copa.com podrás disfrutar de películas, series, revista Panorama digital y más.”
Copa Airlines
Además indican cómo pueden conectarse sus pasajeros:
“¿Cómo Conectarse al Wi-Fi de Copa Airlines?
Para acceder al Wi-Fi gratuito de Copa Airlines, los pasajeros deben seguir estos sencillos pasos:
Encienda su dispositivo y asegúrese de que el Wi-Fi esté activado.
Busque la red Wi-Fi de Copa Airlines en la lista de redes disponibles.
Conéctese a la red y abra un navegador web.
Acceda al portal de Copa Airlines para iniciar sesión y disfrutar de la conexión gratuita”.
Copa Airlines
Entonces, tal y como lo podemos comprobar, Claudia jamás estuvo desconectada viajando en una aerolínea comercial, porque tanto en las terminales aéreas como en el avión hay Wi-Fi, por lo que el argumento del columnista es “incompleto” por decir lo menos, y le es aplicable el sustantivo de “falso”.
Dice también que se trata de que “…se esté más descansado y preparado para asumir agendas complejas que requieren estar física y mentalmente en forma. Es una exigencia, más que una muestra de sencillez que, por cierto, en esos niveles nadie valora...”.
Y yo comento: relativamente cierto. Porque la presidenta se hubiera agotado más haciendo un vuelo directo. Además, viajar en un avión presidencial no es “en automático” más sencillo.
Brasil está siendo anfitrión de más de 40 países que participan en la Cumbre del G20. Cualquier logística que implemente el gobierno carioca, debe observar y concordar con todas y cada una de las resoluciones del Grupo Regional de Planificación y Ejecución del Caribe y Sudamérica (GREPACAS) de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).
Viajar en aerolínea comercial en lugar de usar la Fuerza Aérea Mexicana, ¿no le deja más tiempo y libertad a la presidenta Sheinbaum para tener la mente más despejada y así atender las agendas complejas que tiene enfrente?
Nuestra presidenta no llegó “agotada” a Brasil, y no va a llegar fulminada a su regreso. Usar un avión presidencial no marcaría una enorme diferencia, porque la presurización (proceso de bombear aire comprimido en la cabina para mantener una presión interna segura y cómoda para los pasajeros) es exactamente la misma.
Claudia Sheinbaum es una persona sana, y en su viaje a Río de Janeiro y al regreso no cruza tantos husos horarios como para argumentar que usar una aeronave comercial es el resultado de “una negligencia y una tontería”.
No coincido con que el dicho de que Sheinbaum viaje de esa manera solo para demostrar “sencillez” y que además en esos noveles “nadie valora”. Como egresada del Programa de Estudios Avanzados en Desarrollo Sustentable y Medio Ambiente, a la mandataria le importa mucho no incrementar la huella de carbono que dejaría un vuelo privado.
Y esto no es ninguna novedad, cada vez es más común que mandatarios en funciones del cargo, tomen vuelos comerciales, como el caso de David Cameron, quien voló incluso en una bajo costera como EasyJet.
A la lista podemos sumar al uruguayo José Mujica, al argentino Macri, al guatemalteco Jimmy Morales, y mencionar el caso de Angela Merkel viajando por Iberia para poder llegar en a la cumbre del G20 del 2018 en Argentina, derivado a que su avión oficial falló.
En resumen, la forma en que acaba de viajar Claudia Sheinbaum no la deja desconectada del mundo exterior, ni puede considerarse una extravagancia. Al contrario, se tiene un ahorro considerable en combustible, los salarios del personal de tierra, los tripulantes, el catering a bordo y el costo de cada pasajero, si es que incluimos a la prensa que sigue la fuente de presidencia.
Al país anfitrión se le aligera cualquier gestión de su espacio aéreo, y se contamina menos al planeta. ¿Dónde está la negligencia? ¿Dónde está la tontería?
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Columna de Ximena Garmendia en SDP Noticias
X: @xime_garmendia