El panorama de la violencia en México sigue marcado por la presencia de dos actores principales dentro del crimen organizado: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa, este último debilitado por una feroz lucha interna por el control de las rutas y territorios.
VIDEO Administración de Plaza Sinfonía ayuda a robar a locatariosAbusaron del presupuesto, responde Chedraui a ayuntamiento anteriorLa guerra intestina entre los grupos liderados por ‘Los Chapitos’ y ‘El Mayito Flaco’ ha desencadenado una ola de asesinatos y disputas violentas, dejando en evidencia que la caída de figuras clave no ha logrado frenar la violencia.
Especialistas en seguridad como Óscar Balmen y David Saucedo aseguran que la estructura del narcotráfico se adapta rápidamente y que la detención de líderes no resuelve el problema de fondo.
A lo largo de este año, la violencia ha tomado un nuevo rumbo. El primer semestre estuvo marcado por los asesinatos de candidatos en las elecciones de 2024, un mensaje claro del crimen organizado sobre su capacidad para influir en la política local y controlar autoridades.
El segundo semestre, por su parte, fue testigo de la detención de Ismael "El Mayo" Zambada, lo que desató una lucha feroz entre las facciones del Cártel de Sinaloa. La disputa por el control de los territorios sinaloenses ha cobrado cerca de 600 vidas en apenas tres meses, sin que se haya logrado frenar la violencia, lo que demuestra que no hubo una verdadera "operación cicatriz" después de la traición de Joaquín Guzmán López, hijo de "El Chapo", quien entregó a su padrino.
Entre las detenciones más recientes de líderes del narcotráfico, se incluyen figuras de peso como Rafael Caro Quintero, Ovidio Guzmán, y Nestor Isidro Pérez, entre otros.
Sin embargo, a pesar de estos golpes a la cúpula, los especialistas coinciden en que la estructura del narcotráfico sigue operando con eficacia, adaptándose a las circunstancias y generando nuevas redes de poder. “Descabezar a los cárteles no tiene un impacto real, porque a las pocas horas aparece un nuevo líder”, afirma David Saucedo.
Otro cambio importante es el nuevo modus operandi del crimen organizado, que ha dejado atrás el tráfico de drogas como su principal fuente de financiamiento.
Hoy en día, actividades como el cobro de piso, el tráfico de migrantes y el comercio ilícito de vapeadores están generando grandes ganancias para los grupos del narcotráfico. Según Balmen, el fentanilo, por ejemplo, deja anualmente ingresos por más de mil millones de dólares, mientras que el tráfico de migrantes y la venta ilegal de cigarrillos electrónicos aportan cifras millonarias.
En este contexto, la reciente aprobación de la iniciativa para prohibir el consumo de cigarros electrónicos podría tener el efecto contrario al esperado, incrementando aún más el tráfico ilícito de estos productos, principalmente provenientes de China.
Las luchas intestinas por el poder en los cárteles no son un fenómeno nuevo. El Cártel de Sinaloa, al igual que otras organizaciones criminales como el Cártel del Golfo o Los Zetas, ha vivido disputas por el control tras la captura o muerte de sus líderes.
El resurgimiento de capos como Iván Archivaldo Guzmán, Ismael Zambada Sicairos, Fausto Isidro Meza y Alfredo Beltrán Guzmán refleja el constante cambio en la cúpula del narcotráfico. Estos movimientos internos generan más violencia, ya que los nuevos líderes luchan por consolidar su poder, mientras que los rivales intentan ganar el control de las plazas.
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