En medio de las crecientes tensiones con Estados Unidos, México ha decidido tomar una postura simbólica que ha generado conversación: cambiar el nombre del tradicional café americano por el emblemático café de olla. Esta tendencia ha ganado terreno en varios negocios del país, que han decidido poner en primer plano la bebida que forma parte de nuestra historia y cultura.
La cafetería Ocelotl, ubicada en la Ciudad de México, es uno de los primeros negocios en sumarse a esta propuesta. En un video que circula en redes sociales, una empleada del lugar expresó de forma enérgica: “¡No me ch*ngues! Eso es una burla. Te voy a dar un café de olla”. Esta afirmación, aunque coloquial, refleja el sentir de algunos mexicanos ante la relación tensa con Estados Unidos, especialmente luego de las amenazas de imponer aranceles al país debido a temas de tráfico de drogas.
La cafetería Ocelotl argumenta que, a diferencia de México, en Estados Unidos no existen cafetales, lo que, según ellos, hace que no se pueda producir un "café americano". Por ello, ofrecen a sus clientes una opción 100% mexicana, argumentando que el café de olla no solo es más sabroso, sino también una opción que apoya la producción local. “En Estados Unidos no hay cafetales, por lo tanto, no hay grano americano. Así que, mejor ch*ngate este café de olla que está bien bueno y recuerda: un producto nacional”, comentan en su publicación.
El café de olla, una bebida típica de México, tiene raíces históricas que datan de la Revolución Mexicana. Se dice que fue creado por las Adelitas, las mujeres que lucharon en este conflicto, quienes lo preparaban con granos molidos, canela, anís, clavos de olor y piloncillo o panela. Esta receta no solo representa un sabor característico, sino que también simboliza la unión y la resistencia del pueblo mexicano. En muchas regiones del país, especialmente en Chiapas, Veracruz y Puebla, es común encontrar este café, que se elabora en una olla de barro, lo que le otorga un sabor único.
Aunque la idea de cambiar el nombre del café americano surgió en Canadá como un acto de protesta contra el presidente Donald Trump, en México la medida parece ser más un gesto simbólico que una acción radical. A pesar de este movimiento en algunos negocios, las principales cadenas de café en el país continúan ofreciendo el tradicional "americano" en su menú, al menos por ahora.
Este cambio de nombre, aunque menor, refleja el ambiente político y social actual en México, donde las acciones simbólicas se han convertido en una forma de manifestación contra las políticas de Estados Unidos. Sin embargo, más allá de un acto de "venganza", como algunos lo han interpretado, este giro hacia el café de olla también revaloriza una bebida que forma parte del patrimonio cultural de México, y en un momento de tensiones internacionales, resulta ser una forma de afirmar la identidad nacional.
Así, mientras las relaciones con el vecino del norte siguen siendo tensas, al menos en el ámbito cafetalero, los mexicanos están mostrando su preferencia por lo propio, reforzando el sabor y la tradición que nos une.
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xmh
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