Puebla, Pue. - Las redes sociales y el ámbito político en Puebla se encendieron esta semana luego de que la diputada local de Morena, Nayeli “Nay” Salvatori Bojalil, causara revuelo al asegurar que los niños que venden dulces en las escuelas podrían convertirse en “futuros extorsionadores”.
En un video que ella misma difundió, Salvatori arremetió contra los padres que permiten a sus hijos comercializar dulces dentro de los planteles educativos, argumentando que al hacerlo están fomentando una cultura de ilegalidad. “Ahora hay niños que venden clandestinamente dulces en la escuela apoyados por sus papás (...) Yo no lo veo como un emprendimiento, lo veo como un desacato y veo a ese niño como un futuro extorsionador, un futuro transa. El que no transa, no avanza”, declaró.
Estas afirmaciones surgieron luego de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) reforzara la prohibición de vender comida chatarra en las escuelas. La medida busca promover hábitos alimenticios saludables en los estudiantes, en línea con diversas políticas públicas impulsadas desde el gobierno federal.
Sin embargo, los comentarios de la diputada morenista fueron duramente criticados por usuarios en redes sociales, académicos y padres de familia, quienes señalaron que es desproporcionado criminalizar a menores que buscan ganar un poco de dinero de forma sencilla y, muchas veces, con el aval de sus familias. Para algunos, esta actividad representa más un ejercicio de responsabilidad y esfuerzo personal, que una amenaza social.
El debate sobre la congruencia
Otro punto que ha generado críticas hacia Nay Salvatori es que en su mensaje no hizo mención alguna al llamado “Chocolate del Bienestar”, un producto que también contiene azúcar y cuenta con los sellos de advertencia obligatorios, pero que se distribuye en instituciones públicas como parte de algunos programas sociales. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fue cuestionada sobre este tema recientemente, y aunque reconoció que el chocolate tiene azúcar, minimizó el asunto al decir que tiene “poquita”.
Este doble discurso ha abierto el debate sobre la coherencia entre las políticas alimentarias y la práctica real en los entornos escolares, donde por un lado se busca restringir productos azucarados, mientras por el otro se permite la circulación de ciertos alimentos, incluso con aval oficial.
¿Prohibición o educación alimentaria?
La venta informal de productos en escuelas es una práctica común en muchas partes del país. Si bien es cierto que el consumo excesivo de azúcares representa un problema de salud pública, especialistas coinciden en que se requiere un enfoque integral que combine regulación con educación alimentaria, en lugar de simplemente estigmatizar a niños o familias.
Más allá del discurso, la polémica dejó sobre la mesa varias preguntas: ¿dónde está el límite entre emprender y violar una norma escolar?, ¿cómo lograr que las políticas públicas no caigan en la incongruencia?, y sobre todo, ¿qué impacto tiene etiquetar a un menor como “transa” o “extorsionador” por vender dulces?
Por ahora, Nay Salvatori no ha ofrecido una disculpa ni ha aclarado si sus declaraciones serán rectificadas. Mientras tanto, la conversación sobre salud, legalidad y educación continúa abierta, en medio de una sociedad que cada vez exige más coherencia y empatía por parte de sus representantes.
¿Quieres conocer más detalles sobre lo que sucede en Puebla? Sigue explorando nuestro portal para obtener más noticias hoy.
foto cortesía
xmh