Prohíben narco-corridos; acaba concierto en caos. Nota del diario Reforma:
Luis R. Conriquez renuncia a los narcocorridos; seguirá haciendo música Por no tocar narcocorridos, fans de Luis R. Conriquez causan disturbios No poder cantar lo que la gente quiere. Columna de Ciro Gómez Leya en Excélsior, con otros datos:
Se siente feo no poder cantar lo que la gente quiere escuchar. Dijo horas antes del espectáculo Luis R. Conriquez en Instagram.
¿Se acabará con la narcoviolencia prohibiendo narcocorridos? No lo creo. Las prohibiciones no impiden los mercados negros; inclusive ocurre lo contrario: los fomentan. La historia económica está llena de de ejemplos de la inutilidad de prohibir. Por tal motivo una de las mejores frases de AMLO es la de “prohibido prohibir”.
Para acabar en definitiva con las guerras del narco hay que acompañar las causas y atender a las víctimas. Resulta maravilloso y esperanzador ver a la secretaria de Gobernación atender con sincero humanismo a las madres buscadoras. Sin duda, como dijo Rosa Icela Rodríguez, “merecen verdad, justicia y paz”. También genera optimismo que el plan de seguridad de la presidenta Claudia Sheinbaum esté enfocado en ir al origen de la violencia, que se encuentra en la pobreza, la falta de educación y la criminal ausencia de oportunidades de empleo productivo.
Para alejar a la gente de los narcocorridos hay que ofrecerle mejor educación musical desde la escuela primaria. Ayudaría que en los conciertos en las grandes plazas públicas —ya sea organizados por los distintos gobiernos o en mítines políticos— además de grupos populares se introdujera por ahí algo de música culta.
Lo mejor que hubo entre las actividades culturales del plantón de Reforma y el Zócalo de 2006 fue el coro de miles de personas en el monumento a la Revolución.
Héctor Palacio narró el extraordinario acontecimiento en SDPNoticias en el texto Cuando se cantó ópera en el monumento a la Revolución y el Zócalo en apoyo a López Obrador:
“El pianista Héctor Cruz, la soprano Victoria Zúñiga y yo iniciamos con un primer concierto en la plancha del Zócalo y pronto se unirían otros como Regina Orozco —amiga cercana entonces de Jesusa Rodríguez—, Jaina Elgueta (soprano chilena-mexicana), Gerardo Reynoso, Marco Talavera y el pianista Isaac Bañuelos, entre ‘otros corazones operísticos’ de quienes lamentablemente no recuerdo ahora sus nombres, y quienes ensayaríamos en casa de Regina para el gran concierto final del Monumento a la Revolución del cual da cuenta Jaime Avilés en el fragmento “Ópera en resistencia” de su reportaje del 21 de agosto del 2006 para la La Jornada (uno de sus últimas colaboraciones para ese diario); concierto que también tuvo su parte coral y orquestal a cargo del maestro Eduardo Díaz”.
Si se quiere, se puede. Ojalá tomen nota en Palacio Nacional y en las sedes de los gobiernos estatales, incluido el de la Ciudad de México; también en los partidos políticos tan entregados a la música de no muy elevada calidad.
La prensa se combate con la prensa, dijo Francisco Zarco. Es decir, la mala prensa se combate con la buena prensa. De la misma manera para combatir a los narcocorridos la música clásica podrá ayudar. Desde luego, la tarea fundamental debe ser de la Secretaría de Educación Pública. ¿Podrá su titular, Mario Delgado, empezar a realizar la hazaña? No lo creo, pero le doy el beneficio de la duda. Ojalá se ponga las pilas.
Otras dependencias y los partidos políticos ayudarán si promueven la ópera y el resto de las manifestaciones musicales de primer orden, al menos para sembrar la semilla que lleve a la gente a engancharse en un positivo aspiracionismo: el de abandonar la mala música para crecer culturalmente hablando.
SDP Noticias
Columna de Federico Arreola
Foto: Especial
cdch
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