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Jueves, 25 de Abril de 2024

Exilio y soledad de Peña Nieto

23 Marzo, 2022
Gerardo Pérez García
Ayer, hijo pródigo de Atlacomulco.
Y ahijado del poderoso Grupo Edomex.
Joven y carismático, Enrique Peña Nieto pasó de funcionario de nivel medio a legislador, plataforma que le sirvió para arribar a la gubernatura del Estado de México, periodo 2005-2011.
Y de ahí el gran salto a la Presidencia de México en 2012.
Tal y como aconteció en 1958 con –“el joven”- Adolfo López Mateos, primer mandatario nacional oriundo de Edomex, quien gracias al afecto de –“el viejo”- Adolfo Ruiz Cortines… fue el heredero de la Silla Presidencial, para el mandato 1958-1964.
Y López Mateos se decantó por el poblano Gustavo Díaz Ordaz.
Eran los tiempos dorados del Revolucionario Institucional.
Más de 70 años de detentar el poder nacional.
Vale la acotación:
El Grupo Atlacomulco dio muestra de su poderío político y económico al impulsar la carrera de López Mateos, hasta llevarlo a la Presidencia –previo paso por la Secretaría del Trabajo Federal- en alianza con el presidente Ruiz Cortines.
Antes y después de ese proceso, Isidro Fabela Alfaro jugó –y jugaría- papel toral en la creación y conformación del Grupo Atlacomulco.
Para dimensionar su peso, basta ver de manera sucinta la prolífera carrera de Isidro Fabela:
Secretario de Relaciones Exteriores en la Presidencia de Venustiano Carranza y embajador de México en Francia, Argentina, Chile, Reino Unido, Alemania, Brasil, España y Uruguay. Además de jurista, escritor, historiador, lingüista y Juez de la Corte Internacional de Justicia en la Haya, y gobernador del Estado de México.
CIERTA, LA REVELACIÓN DE LA VIDENTE FRANCISCA CASTRO
Ante la partida de Isidro Fabela –falleció a los 82 años en agosto de 1964, año en que terminó el mandato de su ahijado López Mateos–, el Grupo Atlacomulco no se desarticuló, mucho menos se dividió.
Cerraron filas los Del Mazo Vélez, Sánchez Colín, Hank González, Jiménez Cantú, del Mazo González, Baranda García, entre otros, quienes uno a uno fueron cobijados y preparados para gobernar Edomex.
Mismos que posteriormente se encargarían de preparar a las nuevas generaciones de mexiquenses. Así llegaron al Palacio de Gobierno Arturo Montiel Rojas, Enrique Peña Nieto, Alfredo del Mazo Maza, por citar algunos.
La pérdida de Los Pinos en el 2000 ante Vicente Fox del PAN y por segunda ocasión en 2006, con el también panista Felipe Calderón, llevó al resurgimiento del Grupo Atlacomulco.
Y el elegido para buscar la primera magistratura del país fue el –entonces– mandatario mexiquense Peña Nieto.
Y fue presidente de México, del primero de diciembre 2012 al primero de diciembre 2018.
Y es cuando recobra vigencia la leyenda del Grupo Atlacomulco, misma que ha permanecido bajo un halo místico desde los años 40.
Misticismo que se concatena con el surgimiento de la alegoría de la vidente Francisca Castro Montiel, quien reunió a los personajes más notables de Atlacomulco para compartirles “la profecía”:
… De entre los próximos seis gobernadores de Edomex… surgirá el presidente de México.
Y vaya que se cumplió.
Así, lo que ayer fue ignorado y tildado de locura, falaz y mentira, pasó a convertirse en realidad.
Puesto que la revelación tuvo nombre y apellido… Enrique Peña Nieto.
EXILIO Y SOLEDAD DE PEÑA
Previo a terminar el mandato de Enrique Peña en Edomex, un grupo de gobernadores, encabezado por Miguel Ángel Osorio Chong, de Hidalgo, se encargó de lanzar la promoción peñista.
Lo mismo hizo el legislador Luis Videgaray en la Cámara de Diputados.
Sin un jefe del Ejecutivo en Los Pinos, la ola peñista de Atlacomulco y el Revolucionario Institucional dieron la candidatura a Peña Nieto, quien salió arropado por 19 gobernadores priistas.
Y Peña derrotó al perredista Andrés Manuel López Obrador en los comicios de julio de 2012.
La diferencia de tres millones de votos llevó a López Obrador aceptar –sin aceptar abiertamente–, la derrota.
La “casa blanca” de Angélica Rivera, Ayotzinapa y los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, más la brutal y rampante corrupción de gobernadores del PRI, aunado a Emilio Lozoya y el caso Odebrecht, llevó a desfondar al tricolor de Peña Nieto.
Del furor y gloria peñista, pasó al acabose y hundimiento peñista.
Concluyó el reinado en 2018 con 12 mandatarios estatales.
De nada sirvió que en su sexenio hayan ido a la cárcel ocho ejecutivos estatales.
Todo acabó para Peña y su grupo.
Hoy vive exiliado.
Y en el “rosticero” obradorista.
Vaya que la vidente Francisca Castro no reveló el final que tendría el sexenio de Peña Nieto.
Pasó de ser hijo pródigo a vergüenza del Grupo Atlacomulco.
¿Qué sigue para don Enrique?
¿López Obrador le cumplirá a Peña Nieto el acuerdo de mayo de 2018?
Al tiempo.

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