Minutos antes de las 9 de la mañana de ayer domingo los barbosistas empezaron a presumir en redes que habían ganado por lo menos 116 consejeros de los 150 posibles que integrarán el Consejo estatal de Morena y que fueron electos en un proceso impugnado el sábado pasado en 15 distritos federales poblanos.
Lo que vimos el 30 de julio es un adelanto de cómo vivirá Morena en Puebla de aquí a 2024, en las elecciones de gobernador: divididos.
El ejercicio de democracia fue un ejemplo de movilización en la resultó más efectivo el trabajo de los operadores del gobernador Barbosa y de los presidentes municipales en todo el estado, dónde participaron sin ni siquiera ser del partido mayoritario.
La presunción de los barbosistas está fundada en los datos y actas de sus representantes en cada una de los 40 centros de cómputo instalados en la entidad, lo único ahora es que se resuelvan las impugnaciones, que las hay, y ahí se podría ajustar la lista y también resolver lo sucedido en La Huizachera de Tehuacán, donde se suspendió el proceso por la quema de las urnas y boletas.
Todo queda ahora en la dirigencia nacional y los órganos encargados de revisar la legalidad en la elección de los consejeros y ahí podrá haber sorpresas, porque no sólo en Puebla hubo irregularidades que mancharon la democracia de Morena.
Pero a nivel nacional Morena tiene muchas cosas que explicar en cuanto al proceso de este fin de semana.
Escapa de la creatividad cualquier intento para adjetivar lo ocurrido en todo el país, en el marco de las elecciones internas del partido del presidente López Obrador. Información procedente de distintas entidades podría encajar sin dificultad en el estado de la República que se guste considerar:
1.-El acarreo, en cantidades industriales. Kilómetros de pietaje reproducidos por internautas dan testimonio de autobuses, camionetas y uno que otro automóvil que, atiborrados, se presentaron en centros de votación de toda ralea, en una movilización febril que inició desde la noche anterior y la madrugada.
3.- Dinero, a carretadas. A más de uno le sorprendió la cantidad de efectivo que se manejó en este proceso. No podría decirse que el reparto de dinero por votos sea inédito. Más bien, lo que llamó la atención es que el efectivo a entregar terminara en migajas para miles de personas, preguntándose dónde quedó el numerario original.
4.-El crimen organizado, presente. En innumerables zonas del país, los cárteles se aplicaron a mover las bases que consideraron apropiadas para apoyar a tal o cual grupo. Los expertos señalan que los colectivos criminales más movidos fueron el Cártel de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación.
5.- El proceso interno de este fin de semana da una idea nítida de lo que viene para 2024, con las elecciones presidenciales sobre la mesa. Si lo visto ofrece la prospectiva de cómo será el desaseo en ese año, la desconfianza aparece, confirmando lo que ocurrirá si logran desaparecer al Instituto Nacional Electoral.
El PRI quedó reducido a infante de jardín de niños frente a lo visto con Morena.
Y, aun así, sus cuadros se yerguen orgullosos de sus triunfos.
En menos de una semana, la “caída” de CompraNet significó la opacidad absoluta en los procedimientos de compra por unos dos mil contratos en la administración pública federal.
En su conferencia cotidiana, el 27 de julio, el presidente Andrés Manuel López Obrador le “pidió cuentas” al secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O y en un burdo ejercicio coreográfico, la Secretaría de Hacienda informó algo para el olvido, en el sentido que los servidores colapsaron por la capacidad demandada.
No hay que descartar que ambas hipótesis estén corriendo en paralelo, habida cuenta que hay una oficina federal que no existía en el pasado, que funciona como una especie de supervisora para asegurarse que no se renueven más allá de ciertas licencias y se pirateen la mayor cantidad de sistemas que sea posible.
La fuente señala que en Pemex el nivel de licencias sin actualización es alarmante. Y que por las mismas andan en otras paraestatales.
Mientras tanto, el entretenimiento incluye tamales de chipilín y chocolate en Palacio Nacional. Lo que hay que ver.
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