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Jueves, 4 de Julio de 2024

Los hermanos Luna Porquillo le dieron el tiro de gracia al PRD

28 Junio, 2024
Fermín Alejandro García

Así como a nivel nacional se ha identificado a la corriente de Nueva Izquierda, también conocida como “la tribu de Los Chuchos”, como los principales causantes de la muerte del Partido de la Revolución Democrática; en Puebla también hay responsables directos de que el PRD haya llegado a su fin, ellos son: los hermanos Roxana y Vladimir Luna Porquillo.

El fenecimiento del PRD como fuerza política nacional y local fue consecuencia de una combinación multifactorial, aunque sin duda, hay dos elementos de mayor relevancia, que fueron: la salida de Andrés Manuel López Obrador –el 9 de septiembre de 2012— del partido y que la mayoría de la militancia perredista se fue siguiéndolo, para fundar Morena y más tarde, el Movimiento de la Cuarta Transformación Pública del País, es decir la 4T.

El segundo elemento es atribuible a quienes se quedaron al frente del PRD –a la salida de López Obrador–, tanto a nivel nacional como en Puebla, que fueron dirigentes que no tuvieron el talento, la ética y el sentido común de entender que debían reinventar a esta fuerza política e intentar retener a núcleos importantes de electores que se negaban a perder la identidad perredista, luego de 23 años de existencia del llamado el partido del sol azteca.

Los que se quedaron al frente del PRD, es decir “Los Chuchos” y los Luna Porquillo, se dedicaron a vender a este instituto político al mejor postor. Les nació la obsesión de alejarse de los ideales de izquierda y volverse parte de la derecha, de las fuerzas conservadoras del país.

Obvio a cambio de no compartir con nadie las jugosas prerrogativas del PRD.

Ese comportamiento hizo que el electorado les pasara “una onerosa factura”, que los llevó a la quiebra total.

Una prueba de esta condición es la siguiente: en el actual proceso electoral, el candidato del PAN a la gubernatura de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, creyó que la mejor opción para ganar los comicios en el municipio de San Pedro Cholula era postular a alguien diferente a los panistas locales, que se han destacado por pelearse los últimos tres años.

Rivera se creyó la versión que le vendieron los hermanos Luna Porquillo, de que ellos por ser oriundos de San Pedro Cholula y ser líderes de la izquierda, podían ser la fórmula perfecta para conjuntar una alta votación del PRD, más los sufragios tradicionales del PAN, y los pocos votos del PRI, para superar a la 4T.

No hay que restarle el mérito a Roxana Luna Porquillo de que hizo una buena campaña electoral, pero no con los movimientos sociales y la gente identificada con la izquierda o los sectores populares de la población, que se supone eran sus nichos de posibles votantes.

Su fuerza realmente radicó en las bases del Partido Acción Nacional, de la derecha, del conservadurismo, que esta mujer apenas combatía hace 7 años.

Fue una lección con final cardiaco, en la que ganó Tonantzin Fernández Díaz, la candidata de Morena, quien exigió un recuento de votos y se detectaron anomalías en las sumas de los sufragios, lo cual le permitió rebasar a Roxana Luna y ganarle por apenas una diferencia de 285 boletas marcadas.

Luna obtuvo 24 mil 34 sufragios contra los 24 mil 319 de la aspirante de la 4T. Es un muy buen resultado para la perredista, pero esa cifra se alcanzó por “el voto azul”; si únicamente hubiera competido con las siglas del PRD, habría quedado en cuarto lugar.

La debacle del PRD en Puebla inició hace 8 años, cuando exactamente los hermanos Luna Porquillo tomaron el control de este partido.

Bajo su batuta el instituto del “sol azteca” se fue hundiendo de paulatina en cada contienda, hasta llegar al naufragio total del pasado 2 de junio, que obtuvo la votación más reducida de los últimos 26 años.

Las cifras oficiales así le expresan: antes de 2016, había un PRD poblano combativo, que nunca tenía los presupuestos y recursos humanos del PAN y el PRI, pero daba batallas heroicas y los respaldaba un electorado valiente que resistía la compra de votos y las amenazas de la derecha.

En 1998, cuando ganó la elección el priista Melquiades Morales Flores, el PRD obtuvo en las urnas un respaldo de 152 mil 944 ciudadanos, lo que representó el 10.87 por ciento de la votación total. El aspirante perredista fue el expanista Ricardo Villa Escalera.

Seis años más tarde, ganó “el góber precioso”, es decir el priista Mario Marín Torres, la titularidad del Poder Ejecutivo. El PRD con Mario Villar Borja como abanderado sacó 100 mil 157 sufragios, que fue el 5.6 por ciento de la participación global.

2010 fue un parteaguas porque el PRI perdió por primera vez la gubernatura en manos de un ex priista, Rafael Moreno Valle Rosas, que logró unir al PAN y el PRD en una misma coalición.

En esa época no se desglosaban los votos por partidos que se aliaban. Se cree que el PRD habría aportado poco más de 110 mil sufragios en contra de la derrota del PRI.

 

Hasta esta última contienda, había un PRD que nunca bajaba de la marca de los 100 mil votos, que le permitía ser una fuerza electoral de mucho peso frente al bipartidismo del PRIAN.

Al llegar 2016, se da el punto de quiebre para el PRD, en la contienda de ese año es cuando empieza a construirse la crisis del partido, que acabó siendo terminal, y precisamente por la irrupción de los hermanos Luna Porquillo.

En ese año en particular, Roxana Luna Porquillo en su calidad de diputada federal del PRD era la líder más importante de la oposición al gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas, que se había convertido en un peligroso tirano, que desató una persecución judicial contra sus críticos y los líderes políticos que no se sometían a sus excentricidades, incluidos varios miembros del panismo tradicional.

Por esa razón Roxana Luna se levantó como la candidata natural del PRD a la gubernatura. Prometía mucho su proyecto electoral, pues se creía que sería la rival más fuerte frente al morenovallismo, que postuló a José Antonio Gali Fayad.

Al final no fue así, los hermanos Luna Porquillo acabaron haciendo una pésima campaña proselitista, excluyendo a otras expresiones perredistas y grupos sociales perseguidos por Moreno Valle.

Y es en 2016, cuando el PRD traspasa hacia abajo la barrera de los 100 mil votos. Roxana Luna quedó en tercer lugar con 68 mil 353 sufragios, que fue una perdida de alrededor de un tercio de los respaldos ciudadanos al Partido de la Revolución Democrática.

Sorpresivamente en 2018, los Luna Porquillo traicionan a los movimientos sociales perseguidos por el morenovallismo y Roxana Luna apareció como candidata del PAN, así como del PRD, hacienda campaña a favor de los verdugos que en algún momento la quisieron meter a la cárcel a ella y su hermano Vladimir.

Los Luna hicieron campaña a favor de Martha Érika Alonso Hidalgo, la candidata del PAN y esposa de Rafael Moreno Valle Rosas.

Esa traición se reflejó en los comicios: el PRD sacó 81 mil votos en la contienda de diputados y 93 mil de alcaldes. Hicieron trampa en el órgano electoral y tomaron en cuenta la segunda votación para que el partido no perdiera el registro estatal, ya que con la primera cifra se quedaba 13 decimas abajo del límite del 3 por ciento de los sufragios totales.

A partir de entonces Vladimir Luna siempre controló la secretaría general del PRD y su hermana Roxana, las negociaciones y acuerdo con la derecha.

No aprendieron de la dura lección de hace seis años.

Ahora el pasado 2 de junio, el PRD consiguió 62 mil 223 votos, que apenas equivalen al 2 por ciento del resultado global en el estado. El partido del sol azteca se quedó 27 mil votos abajo –en números cerrados— de los que necesitaba para no resbalar al abismo de la extinción.

 

clh

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