Todavía no cumplen los primeros dos meses de gestión y algunos alcaldes ya están provocando sentimientos de desencanto o de malestar social porque, de manera prematura, la población ya los percibe como políticos que están abusando del poder o desatendiendo los problemas que les toca resolver. Dentro de los municipios en que empieza a registrarse esas conductas, hay un caso extremo: lo que ocurre en San Felipe Tepatlán, en donde el edil solamente estaría destinando un día a la semana para presentarse en la sede del ayuntamiento.
Para ser más específicos: el alcalde Luis Ángel Dávila Santos solamente acude los miércoles al Palacio Municipal.
Es el único día que atiende a todos aquellos ciudadanos que tienen la necesidad de tratar los asuntos públicos con la autoridad de esta comunidad, que cuenta con una población mayoritariamente indígena, del pueblo totonaca, en la Sierra Norte de Puebla.
Cuentan algunos testigos que esa ausencia no solamente ocurre con el presidente municipal, sino también se estaría extendiendo al secretario general del ayuntamiento a quien, de igual manera, únicamente se le ve los miércoles despachando en la cabecera de la demarcación.
Algunos vecinos de San Felipe Tepatlán –que platicaron con este columnista– narran que oficialmente el alcalde Luis Ángel Dávila reporta que es oriundo y que vive en la comunidad de Jojupango, que es el segundo pueblo más grande del municipio y de esa manera, se justifica diciendo que: él permanece en el municipio y desde su domicilio atiende los asuntos del gobierno que preside.
Eso no es verdad, dicen lo quejosos, en realidad el alcalde vive en Zacatlán y esa es la situación que lo lleva a destinar un tiempo insignificante para hacer acto de presencia en la cabecera del municipio.
San Felipe Tepatlán ocupa el lugar 182 de los municipios en el estado en cuanto a su extensión territorial, que abarca 45.09 kilómetros cuadrados. Tiene una población que apenas rebasa los 4 mil habitantes. Sin embargo, es una demarcación con una enorme riqueza cultural tangible e intangible, ya que ahí se preserva mucho del patrimonio del pueblo Totonaco de la Sierra Norte.
Esa riqueza cultural se expresa en el uso de un dialecto totonaca, de vestuarios de manta y bordados a mano, de la conservación de danzas y de el huapango, entre otros rasgos indígenas.
La demarcación tiene dos peculiaridades:
Un sector importante de la población ha mantenido una resistencia en contra de la instalación de un proyecto hidroeléctrico de la empresa Comexhidro, por medio de la filial Deselec, que estaba destinado para dotar de energía eléctrica a los negocios relacionados con el consorcio de Walmart.
Desde 2014, pobladores de los municipios indígenas de San Felipe Tepatlán, Tlapacoya y Ahuacatlán han creado una organización llamada “Los Guardianes del Ríos Ajajalpan” para frenar los megaproyectos en la región, que amenazan con romper el equilibrio ecológico de esa parte de la entidad poblana.
Una segunda peculiaridad es que en los comicios del pasado 2 de junio en San Felipe Tepatlán se dio un resultado electoral atípico: ganó las votaciones Luis Ángel Dávila Santos, que es un político joven de apenas 31 años y que fue postulado por el Partido de la Revolución Democrática, la cual es una fuerza política que a nivel nacional y en el estado entró en proceso de extinción.
De manera sorpresiva el PRD logró tener un último respiro en 8 municipios del estado, principalmente en zonas rurales. Son los casos de las comunidades de Yaonáhuac, Ahuazotepec, Francisco Z. Mena, San José Chiapa –que es donde se asienta la planta de Audi–, Tetela de Ocampo, Tlacotepec de Benito Juárez, Zoquitlán y San Felipe Tepatlán.
Al parecer en muchas de esas localidades todavía hay la confusión de creer que el PRD es parte de la 4T y por eso, se dio una votación poco entendible a favor de un partido que perdió su identidad de izquierda, al grueso de sus militantes y liderazgos, pero sobre todo que dejó de ser una organización política confiable.
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