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Viernes, 7 de Marzo de 2025

La prohibición de TikTok

30 Enero, 2025
Ricardo Monreal

El reciente intento de prohibición de TikTok en Estados Unidos reavivó los debates sobre el control de datos, la soberanía tecnológica y las implicaciones del nacionalismo digital. Con más de 170 millones de personas usuarias en Estados Unidos (EE. UU.), la plataforma de videos cortos se convirtió en punto focal de la rivalidad geopolítica más amplia entre Washington y Beijing. Y aunque la preocupación del Gobierno estadounidense encuentra su justificación en el posible uso indebido de los datos de las y los usuarios por parte del Gobierno chino en virtud de la Ley de Inteligencia Nacional, esta controversia también deja ver retos más profundos sobre la regulación de las plataformas digitales. En este sentido, estamos ante un contexto en el cual resulta pertinente examinar las implicaciones políticas de la prohibición de TikTok, así como las tendencias mundiales sobre el control de datos, pero sobre todo explorar marcos regulatorios que aborden las cuestiones subyacentes a estas tendencias.

Prohibición de TikTok: breve recuento de lo sucedido

En marzo de 2023, el Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS, por sus siglas en inglés) recomendó prohibir TikTok alegando preocupaciones de seguridad nacional (Chin-Rothmann, 2023). Estos temores se derivaban del posible acceso del Partido Comunista Chino (PCC) a los datos de las y los usuarios, en virtud de la Ley de Inteligencia Nacional de China de 2017, cuyo artículo séptimo establece que todas y todos los ciudadanos y organizaciones chinos deben apoyar, ayudar y cooperar con los esfuerzos de inteligencia del país. Pero los intentos del Gobierno estadounidense de prohibir la red social ponen de relieve una “medida reguladora” sin precedentes contra una plataforma de redes sociales utilizada por más de la mitad de la población del país.

La administración Biden, continuando las políticas iniciadas por la administración Trump, apoyó propuestas legislativas como la Ley RESTRICT, diseñada para dotar de más facultades al Poder Ejecutivo para prohibir la plataforma, e impuso restricciones a las operaciones de TikTok. Estos esfuerzos se materializaron el viernes 17 de enero, cuando la Corte Suprema avaló la ley que prohibía la aplicación, si no dejaba de estar bajo control chino, aunque ahora la plataforma tomó un respiro después de la orden ejecutiva del presidente Donald Trump que le permitió operar por 75 días más, en búsqueda de concretar un acuerdo. Sin embargo, quienes critican esta prohibición señalaron la falta de pruebas convincentes que demuestren la existencia de una amenaza inminente para la seguridad nacional de Estados Unidos. Si bien las preocupaciones son legítimas, el Congreso no ha aportado transparencia ni desclasificado pruebas que justifiquen la prohibición. Y en un ciclo no virtuoso, esta ausencia de pruebas alimenta el escepticismo entre el público estadounidense y amplifica las acusaciones de caracter político (Duffy, 2025).

Vista en el contexto mundial, la prohibición de TikTok constituye un ejemplo de una medida estricta y radical que se enmarca dentro de esfuerzos más amplios y menos restrictivos encaminados a consolidar la soberanía digital mediante leyes de localización de datos. Por ejemplo, países como Vietnam y Camboya han aplicado o propuesto medidas que obligan a las empresas a almacenar y procesar los datos localmente (Mak et al., 2024). Estas políticas pretenden salvaguardar la seguridad nacional y proteger la información personal de la ciudadanía, aunque también plantean cuestiones sobre los flujos de datos transfronterizos y la interoperabilidad.

Dinámica geopolítica: el control y la soberanía de los datos

La polémica en torno a TikTok ejemplifica la latente intersección entre la geopolítica y la gobernanza de plataformas digitales. Es un hecho que la red social es un competidor de relevancia para los gigantes tecnológicos con sede en Estados Unidos que concentran sustancialmente la oferta de plataformas digitales disponibles para la población. Por nombrar algunos ejemplos, Meta es dueña de Facebook, Instagram, Messenger y WhatsApp; Alphabet es dueña de Google, YouTube y Android, y Amazon es propietaria de Twitch, Alexa y Goodreads. Pese a los niveles de concentración de estas empresas, los responsables políticos de nuestro país vecino se han centrado exclusivamente en las implicaciones geopolíticas en lugar de fomentar la competencia y la innovación. Esta prohibición se alinea con el creciente nacionalismo digital, que se caracteriza por priorizar el control sobre los datos y los ecosistemas tecnológicos (Gray, 2021).

Abordar geopolíticamente esta situación conlleva implicaciones más amplias para los mercados de plataformas digitales y los valores de la democracia. Al prohibir TikTok, Estados Unidos se arriesga a socavar su credibilidad como defensor de la libertad de expresión y la apertura digital. Estas medidas podrían sentar un precedente para nuevas restricciones a plataformas extranjeras, lo que llevaría a un internet cada vez más fragmentado (Duffy, 2025). Al mismo tiempo, el impacto de la prohibición sobre millones de personas usuarias, que se verán forzadas a migrar a otras plataformas, pone de relieve las consecuencias políticas y sociales de no tomar en cuenta las libertades individuales.

La lucha por el destino de TikTok también puede reflejar motivaciones económicas. Al eliminar a un competidor, las plataformas estadounidenses preponderantes encontrarán beneficios reforzando su dominio en la economía digital. Pero esta concentración de poder no sólo ahoga la innovación, sino que perpetúa las asimetrías en la gobernanza de las plataformas nacionales y extranjeras. Para contrarrestar esta tendencia, es pertinente impulsar medidas que mejoren la competencia y promuevan la participación equitativa en los mercados digitales internacionales.

La regulación: un camino por seguir

Considerando el nivel de alcance de las plataformas digitales, abordar los retos que plantean el control de datos y su gobernanza exige un planteamiento de regulación equilibrado. Las recomendaciones de Gray (2021) ofrecen una hoja de ruta para la reforma. En primer lugar, la aplicación de medidas antimonopolio para disolver las empresas integradas vertical y horizontalmente puede diluir la concentración de poder en los mercados digitales. Adicionalmente, sería adecuado adoptar normas de portabilidad e interoperabilidad de datos para reducir las barreras de entrada y dotar a las y los usuarios de un mayor control sobre su información.

Por otra parte, considerando los tiempos que vivimos, la cooperación internacional resulta esencial para gestionar las plataformas digitales transnacionales. Avanzar en la construcción de marcos bilaterales y multilaterales para armonizar las normas de gobernanza de datos sería un buen paso inicial para facilitar el flujo de datos entre países, tal como lo ha hecho Singapur con los Acuerdos de Economía Digital (Mak et al., 2024). Otro paso importante es avanzar en legislaciones sobre la privacidad de datos. Es necesario diseñar y construir normas que aborden la elaboración de perfiles algorítmicos, la moderación de contenidos y el tratamiento de datos en todo el sector tecnológico (Chin-Rothmann, 2023), a fin de proteger tanto a personas usuarias como  su información.

Por último, adoptar un marco de gobernanza de datos que esté basado en niveles del riesgo del contenido podría equilibrar las consideraciones económicas y de seguridad. Al clasificar los datos en función de su sensibilidad, los responsables políticos podrían dar prioridad a la protección de la información sensible, permitiendo al mismo tiempo que los datos menos sensibles fluyan libremente. Esta aproximación, que fue aplicada con éxito en la Ley de Protección de Datos Personales (PDPA, por sus siglas en inglés) de Singapur, demuestra que es posible alinear las preocupaciones de seguridad con la interoperabilidad global de las plataformas digitales.

Para cerrar

Los intentos de prohibición de TikTok dejan ver la compleja interacción entre las dinámicas geopolíticas, el control de los datos y la soberanía tecnológica. Aunque las preocupaciones por la seguridad nacional son válidas, la falta de transparencia y pruebas socava la confianza pública en el Gobierno de Estados Unidos y corre el riesgo de exacerbar el nacionalismo digital. Para superar esto, nuestro vecino del norte puede adoptar una regulación amplia que priorice la competencia, la innovación y la colaboración. Adoptando leyes integrales de privacidad de datos, el fomento de la cooperación internacional y la construcción de marcos de gobernanza basada en el riesgo del contenido, los líderes políticos pueden abordar las causas fundamentales de las preocupaciones digitales, a la par que se preservan y priorizan los valores democráticos. La polémica de TikTok es una llamada a la acción por un futuro digital más equitativo y abierto.

 

Referencias:

 

Chin-Rothmann, C. (2023). TikTok: A Casualty of US-China Geopolitical and Economic Tensions? Georgetown Journal of International Affairs. https://gjia.georgetown.edu/2023/05/19/tiktok-a-casualty-of-us-china-geopolitical-and-economic-tensions/

Duffy, K. (2025). Why the TikTok Ban Harms U.S. Interests at Home and Abroad. Council on Foreign Relationshttps://www.cfr.org/expert-brief/why-tiktok-ban-harms-us-interests-home-and-abroad

Gray, E. (2021). The geopolitics of ‘platforms’: the TikTok challenge. Internet Policy Reviewhttps://policyreview.info/articles/analysis/geopolitics-platforms-tiktok-challenge

Mak, A., Han Ei, C., Carol, S. (2024). The tussle over TikTok isn’t just geopolitics. Global-is-asian.https://lkyspp.nus.edu.sg/gia/article/the-tussle-over-tiktok-isn-t-just-geopolitics-cna

 

 

clh

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