Una parte de la historia de la familia Trump, –poco conocida-, la dio a conocer ayer diario Milenio, a través del texto de Mike Baker en The New York Times, bajo el título “Trump vs. Trump: el presidente quiere borrar a su abuelo”.
-Textual- el reportaje cita:
“En 1891, mientras Seattle se reconstruía tras un incendio catastrófico que había destruido casi todo su territorio comercial central, Frederick Tump llegó buscando fortuna.
“El inmigrante alemán de 22 años adquirió un restaurante, su primera incursión en el mundo de la hostelería, en el que atendía a clientes del sórdido pero bullicioso barrio conocido ahora como Pionner Square.
“Más tarde, después de que los buscadores hablaran de las riquezas de oro en el Yukón, Trump se unió a la estampida de miles que se dirigieron al norte.
“El legado de la fiebre del oro del Klondike ha perdurado durante generaciones, dando forma a Seattle, al resto de la Costa Oeste y a la riqueza inicial de la familia Trump.
“En la actualidad, en las mismas calles en las que Trump vivió y trabajó, el único parque nacional de la ciudad documenta ese periodo con exposiciones sobre las tribulaciones de los buscadores de oro y un recorrido a pie en el que las guías cuentan la historia del barrio, señalando normalmente los antiguos lugares frecuentados por Trump.
“Pero el futuro de ese parque ahora está en peligro, ya que el gobierno del nieto de Trump, Donald, busca formas de recortar el gasto público. Los funcionarios espoleados por su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), han propuesto rescindir el contrato de arrendamiento de edificio que alberga el Parque Histórico Nacional de la Fiebre del Oro de Klondike.
“Si no tienes el edificio, no tienes el parque”, dijo Rob Smith, quien dirige la oficina del Noroeste de la Asociación para la Conservación de los Parques Nacionales.
“Cuando el Congreso creó el parque hace 50 años, los legisladores especificaron que se ubicara en el barrio de Pioneer Square”.
“El parque se ubica en el Hotel Cadillac, construido en 1889, una de las primeras estructuras levantadas tras lo que se conoció como el Gran Incendio de Seattle. A principio de este mes, decenas de niños de primaria revoloteaban por las exposiciones, expresando su sorpresa ante las condiciones primitivas que soportaban los arriesgados buscadores.
“Aprendieron cómo la época de la fiebre de oro sentó las bases de la historia empresarial de Seattle, generando lo que con el tiempo se convirtió en Filson, el robusto fabricante de ropa, la cadena de farmacias Bartell Drugs y el gigante nacional de los grandes almacenes Nordstrom, fundado por John Nordstrom, tras unirse a la fiebre del Klondike.
“El restaurante de Frederick Trump, el Dairy, se anunciaba como “uno de los restaurantes que mejor pagan” de Seattle.
“Pero entonces llegaron los rumores sobre el oro. En 1893, Trump se había trasladado a la ciudad minera de Montecristo, al norte de Seattle, donde inversionistas como John D. Rockefeller preveían ricas vetas de minerales por descubrir.
“En un libro sobre tres generaciones de miembros de la familia Trump, la escritora Gwenda Blair escribió que Trump presentó un reclamo dudoso relacionado con un terreno de Montecristo que ya había reclamado a otro hombre.
“Trump declaró que planeaba buscar minerales ahí, pero en lugar de ello creó una pensión para atender a los numerosos buscadores de oro que inundaban la zona.
“Pronto surgió una oportunidad aún mayor de riqueza en la región canadiense de Klondike, donde se había descubierto oro.
“Trump también decidió mudarse y dirigirse al norte, una vez más con un plan de negocios. El libro de Blair documenta el penoso viaje de Trump a Alaska y luego a Canadá y cómo abrió el Restaurante y Hotel Nuevo Ártico en 1898, donde servía lujosas comidas de pato, caribú y fruta fresca”.
Pero, escribió Blair, “la mayor parte del flujo de caja procedía de la venta de licor y sexo”, ya que el establecimiento ofrecía espacio para prostitutas (Donald Trump ha afirmado que eso es falso).
“Mientras que muchos regresaban a casa de la fiebre del Klondike con las manos vacías, en 1901 Frederick Trump partió convertido en un hombre rico y acabó estableciéndose en Nueva York”, concluye la cita del periodista Mike Baker.
Quién iba a pensar que 124 años después del asentamiento de Frederick Trump en Nueva York, su nieto Donald Trump sería por segunda ocasión Presidente de los Estados Unidos.
Mucho menos que en este nuevo mandato busque borrar la historia de su abuelo ante los recortes que ponen en peligro el Parque Nacional de Klondike, donde se tienen documentadas las hazañas del patriarca Trump durante la fiebre del oro en Seattle que inició en 1891.
Por ello, más que cierta la cabeza de Milenio: