El alcalde morenista de Cuautlancingo, Omar Muñoz metió a la nómina municipal a su mamá, su tío, hermanos, primos y protegidos.
Lo mismo ocurre en otros gobiernos morenistas, como San Martín Texmelucan y Tepeaca.
Entonces, ¿para qué diablos una ley Antinepotismo?
Eso que familiares y amigos de ediles y alcaldesas morenistas sean los grandes beneficiarios del erario, también retrata grotescamente a un partido que se ha convertido en lo que tanto detestaba.
En Cuautlancingo, mire usted, cobran con cargo al erario Erik Muñoz Alfaro, Oswaldo Muñoz Alfaro, hermanos; Teresa Alfaro su mamá que además funge como presidenta del DIF; su primo que es director de Desarrollo Urbano y lo conocen como “La Momia de Sanctorum”.
Su protegida familia Reséndiz también dispuso de plazas para Gabriela y David del mismo apellido. Y tampoco puede dejarse de mención a Germán Delón, porque tiene el control de todo.
¿Por qué no empieza Morena a reclamar a sus alcaldes/as que limpien las nóminas municipales de familiares, amantes, amigos y prestanombres.
¿Cómo puede tolerar que el edil de San Martín Texmelucan, Juan Manuel Alonso Ramírez, pague del erario, 132 mil pesos semanales, a su suegra, por la comida que prepara para los marinos comisionados en el municipio?
¿Sólo su suegra cocina?
O está el caso del otro descarado, el alcalde de Tepeaca, el morenista Alfredo Velázquez Romero, quien ya contrató a su cuñado y dos sobrinas en el Ayuntamiento.
Y si analizamos el resto de municipios, el nepotismo será la constante, mientras Morena calla y voltea al otro lado.
Que se nos olvide que tanta culpa el que mata a la vaca, como el que le jala la pata.
clh
Vistas: 344