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Miércoles, 8 de Mayo de 2024

No hay para cuando, la apertura de la universidad virtual en Tehuacán

Ex catedrático de este tipo de instituciones critica funcionamiento y operación de estos centros.
Lunes, 17 de Febrero de 2014 19:23

Tehuacán, Pue.- El Campus de la Universidad a Distancia de Tehuacán que fue inaugurado el 29 de enero está cerrado, sólo un vigilante se asoma por la caseta de acceso, no hay personal administrativo ni muchos menos catedráticos.

Inaugura RMV Universidad a Distancia de TehuacánLa infraestructura educativa que beneficiaría a 120 estudiantes, cuenta con cuatro aulas didácticas, laboratorio de cómputo, salón de usos múltiples, comedor, servicio médico, dormitorios, plaza cívica y cancha de usos múltiples, sigue sin operar, no hay alumnos y de acuerdo con la información del guardia, cuando menos 80 personas se han acercado a solicitar informes sobre el funcionamiento de la universidad a distancia.  

La institución oferta en modalidad semi-presencial o a distancia un total de 12 licenciaturas (8 de la UNAM y 4 de la BUAP); sin embargo, en el inmueble no hay quien brinda información sobre el mecanismo de clases, tampoco hay información básica como son los requisitos o el día en que abrirá sus puertas.

En su oportunidad de dio a conocer que la UNAM, impartirá Bibliotecología y Estudios de la Información, Informática, Psicología, Economía, Enfermería, Sociología, Trabajo Social y Comunicación. En tanto que la BUAP ofrecerá Administración, Contaduría, Derecho y Comunicación.

En cuanto a la inauguración del Campus de Educación a Distancia se informó que tuvo una inversión de 23.4 millones de pesos, de los cuales, 4 millones 73 mil se destinaron al equipamiento.

No obstante Vicente Galván Higareda, ex catedrático de la Unadm (Universidad Abierta y a Distancia) en el estado de México, reveló que este concepto no ha sido el mejor, ya que tiene carencias que no van con la realidad de un universitario.

Dijo que el método es una plataforma virtual en la cual coordinadores, supervisores, facilitadores (profesores) y alumnos deben trabajar en la revisión de contenidos, realización de actividades y sobre la que interactúan. Es un espacio que cotidianamente presenta fallas, falta de acceso a los contenidos de estudio, vínculos o ligas (links) que redireccionan a los participantes a páginas [virtuales] equivocadas y a contenidos de asignaturas que no corresponden a las actividades solicitadas.

Reveló que las fallas llegan a bloquear la entrada a los alumnos y facilitadores por horas y en ocasiones durante días. “Los errores son resueltos tras un engorroso procedimiento en el que el alumno debe demostrar con evidencias (copias de páginas) a su facilitador el error que ha observado; el facilitador lo turna al supervisor y éste, a su vez, a su coordinador, quien lo remite al área técnica en un perfecto sistema burocratizado, pero “virtual y a distancia”. 

Dijo que para cuando el error es solucionado, el alumno ha perdido varios días que difícilmente recupera, y el facilitador habrá acumulado grandes cantidades de trabajo de los demás alumnos que sí tienen acceso a la plataforma. Lo anterior indica que el área técnica no hace su labor, pues no está al pendiente del buen funcionamiento del aula virtual y reiteradamente se les debe señalar dónde y cuál es la falla.

Explicó que en cuanto a los programas de estudio por asignatura, éstos son simplemente contenidos vaciados en la página virtual que llevan al alumno de la mano página tras página en la lectura de información que debe tomar como un dogma de fe y memorizar, para después contestar cuestionarios de múltiples respuestas, resolver juegos de memoria (memoramas), identificar imágenes que se correspondan con alguna frase, en un ejercicio que bien se puede equiparar a los niveles de educación básica. 

Ante la gran deficiencia de los programas o la carencia de éstos, los coordinadores solicitan a los facilitadores más destacados corregirlos o elaborarlos, obviamente sin remuneración alguna, actividad que no se encuentra estipulada en el contrato laboral que se les otorga. 

Además, debe señalarse que la Unadm cuenta con presupuesto y especialistas para la elaboración y corrección de los programas de estudio, y que realizan anualmente una reunión de varios días en sedes alternas para tal efecto. 

En cuanto a los criterios de evaluación, en ocasiones los supervisores requieren a los facilitadores hacer una nueva valoración de los resultados académicos de los alumnos reprobados; solicitan la aprobación de aquellos cuyas calificaciones estén cerca del 6 (se tiene copia de la solicitud), en un desprecio total por la calidad de la educación y al promover la aprobación de alumnos cuyos méritos académicos niegan su paso al siguiente nivel de la “licenciatura” que cursan.

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