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Viernes, 19 de Abril de 2024

Vive Chalchihuapan horas de tensión tras enfrentamiento con policías

"¿Si entregamos al policía, quién nos garantiza que nos van a regresar a nuestros detenidos?", preguntaban los inconformes.
Jueves, 10 de Julio de 2014 08:11

Chalchihuapan, Pue.- "Si quieren ver sangre, va a correr sangre", fue el ultimátum lanzado por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, ante la negativa del presidente auxiliar de San Bernardino Chalchihuapan, Javier Montes Bautista, para entregar al policía retenido desde las 3:00 de la tarde tras el enfrentamiento registrado en la autopista Puebla-Atlixco.

Tensa calma en Chalchihuapan tras enfrentamiento entre policías e inconformesEsperan en Chipilo mesa de diálogo tras enfrentamiento en autopistaEn diálogo telefónico con la autoridad comunitaria, Ofelia Flores Ramos, subsecretaria de Coordinación y Operación Policial, advirtió que el conflicto suscitado horas antes podía agravarse si la población no entregaba al oficial retenido.

Afirmó que el gobierno del estado ya había entablado comunicación con el médico responsable de la clínica de Chalchihuapan, quien atendía al lesionado, y que su reporte era de traumatismo de segundo grado, por lo que requería hospitalización inmediata. Incluso aclaró que el uniformado podía morir y entonces, ya no iban a ser acusados de privación de la libertad, sino también de asesinato.

Mientras esto ocurría, en el pueblo unas 300 personas, entre mujeres y hombres, originarias de la misma comunidad y juntas auxiliares vecinas, tocaban las campanas de la iglesia para llamar a más ciudadanos.

"¿Si entregamos al policía, quién nos garantiza que nos van a regresar a nuestros detenidos?", preguntaban los inconformes ante la propuesta comunicada por el edil auxiliar para dar por terminado el conflicto.

"Mejor matémoslo y así se los entregamos", gritaban los más alebrestados, un grupo de jóvenes ataviados con playeras largas y pantalones holgados que también se habían sumado luego de enterarse del enfrentamiento.

En medio de la negociación y la incertidumbre, tanto policías como pobladores se mostraban firmes e inamovibles, dispuestos a enfrentarse una vez más, sin importar los resultados.

Grupos de hombres recorrían las calles de Chalchihuapan en espera de que los granaderos ingresaran al pueblo para intentar rescatar a su compañero, y ahí enfrentarlos.

En medio, como negociador apareció el presidente auxiliar de Chipilo, Pedro Martini, quien tras calmar los ánimos de los funcionarios de Seguridad Pública acudió en varias ocasiones al palacio auxiliar de Chalchihuapan para llevar el mensaje.

La primera propuesta fue "entréguenos a nuestro policía y no entramos". La cual fe rechazada tajantemente por la autoridad auxiliar, que exigía la liberación de los cinco detenidos. La respuesta oficial vino de nuevo por teléfono: "la ley no se negocia, presidente".

Con los ánimos encendidos, los pobladores ataviados con cascos, toletes y escudos que le arrebataron a los policías estatales, se atrincheraban y prendían fogatas en la entrada de la comunidad en espera del asalto.

Las horas se prolongaron y los inconformes no cedían a entregar al policía retenido en la clínica, aunque siempre lo mantuvieron bajo supervisión médica.

Pasada la medianoche, unidades antimotines reforzaron al centenar de policías estacionados sobre las laterales de la autopista, en espera de una orden superior para ingresar.

En el lugar un funcionario que se presentó como el licenciado Mario, supervisor de la zona, dependiente de Ministerios Públicos, afirmó que ninguno de los lesionados estaba detenido y que los familiares podían ir por ellos a los hospitales. Entonces las familias pidieron el nombre de los nosocomios, pero la respuesta nunca llegó.

La propuesta del funcionario fue cambiando con el paso del tiempo hasta asegurar que en ningún hospital de Puebla estaban los lesionados y que tampoco sabía en donde se encontraban. Fue entonces, cuando la primera propuesta fue reforzada: "entréguenos al policía, damos la vuelta y nos vamos".

Con la intervención de la diputada federal Roxana Luna, los habitantes se fueron convenciendo de que la mejor opción era la entrega del policía y que el diálogo vendría después.

Pasaban de la 1:15 de la mañana cuando los pobladores finalmente comenzaron a retirarse de la explanada de la junta auxiliar. Hasta entonces, sonó el teléfono en la autopista: "Que entre una ambulancia para que se lo lleven".

La unidad Alfa 035 fue encomendada para realizar el traslado, pero para ello tuvo que recorrer toda la autopista hasta el entronque con Atlixco, volver por la federal y entrar al pueblo.

Los grupos de granaderos se dispusieron entonces a subir a sus unidades y tras la salida de la ambulancia al filo de las 2:00 de la mañana, encendieron motores para retirarse.

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