Como cada año, Izúcar revive el desfile de Arcos

Esta actividad se realiza desde hace décadas en los 14 barrios y las 2 colonias que aportan, cada uno, un arco para adornar el ex palacio municipal.

Raúl Martínez Vázquez, cronista de Izúcar de Matamoros, dijo que no se conoce con precisión la fecha del inicio de la tradición, aunque se presume que pudo ser después de su reconstrucción.

Según Manuel Sánchez Cruz, quien fue cronista de Izúcar de Matamoros, en 1951, siendo presidente municipal Jesús García Lande, compró a cada representante de los barrios una bandera, para que participarán en el grito la noche del 15 de septiembre, tradición que hasta estos días perdura, pues los inspectores se colocan en cada uno de sus arcos y dan así el grito junto con el edil. Sánchez Cruz dijo que así podría haber empezado la tradición.

Mientras tanto en los barrios se afirma que la tradición sería centenaria y recordaron que los arcos son usados originalmente para adornar las iglesias.

Martínez Vázquez destacó que la tradición más reciente es la inclusión del llamado desfile de arcos, que inicio en la década de los noventas. Agregó que anteriormente los arcos llegaban al ex palacio municipal con la gente del barrio que los colocaban una tarde antes del 15 de septiembre.

Juan Hernández Cortesano, quien desde joven realiza arcos de cucharilla, expresó que para hacer esta artesanía se tiene que viajar hasta Santa Inés Ahuatempan por la cucharilla, subir a los cerros, buscarla y cortarla, no sin antes pedir permiso a los ejidatarios.

Algunos arcos miden hasta 6 metros de altura y para instalarlos se requiere la ayuda de hasta 7 personas.

Gregorio Flores Gallardo, quien hizo el arco del barrio de la Magdalena, expresó que tiene una base hecha de bambú, la cual en promedio dura en buen estado de 4 a 5 años, por lo que es el segundo año que la utilizan.

Añadió que las bases hecha de bambú son las originales, ya que en otros barrios se hacen de metal, pero ya no son tradicionales.

Añadió que para hacer un arco se requiere de hasta 12 hombres y dijo que las mujeres no participan por el peligro para sus delicadas manos.

Cada arco cuesta entre 10 mil y 15 mil pesos, de lo que una gran parte se usa para trasladarse en busca del material.

Al terminar la creación de uno la gente sale de sus lugares de origen y en medio de danzas y música desfilan para llevarlo hasta su destino, en este caso el ex palacio municipal.

Hay que destacar que el trabajo de la cucharilla, el barro policromado y la cera escamada fueron declarados Patrimonio Cultural del Estado de Puebla.