El reto de los medios de comunicación en la elección que viene

Quienes pensaron –o pensamos- que con la definición del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de ratificar el triunfo de la gobernadora Martha Erika Alonso, a pesar de la polarización, Puebla regresaría si no a un estado de paz absoluta, si, por lo menos, a un caminar medianamente normal, estaban –o estábamos- muy lejos de siquiera imaginar lo que deparaba el 24 de diciembre pasado.

Hoy, si bien con un gobierno interino que ha venido a dar cierto grado de certeza al rumbo de la entidad, tenemos en puerta una elección extraordinaria que, ya se vio, será todo, menos tranquila, relajada o alejada de la polarización. Sí, esa que arrasa con familias, amigos, conocidos y hasta perfectos extraños.

Y en medio de este nuevo episodio de la muy ajetreada historia poblana de los últimos tiempos ¿qué papel juegan —o jugamos— los medios de comunicación?

Nos guste o no, les guste o no a los políticos, los medios, ya se vio, son también un factor clave en los procesos electorales de las sociedades “democráticas” (y es que ya en otra ocasión hablaremos de ese tema tan espinoso en nuestros días, la democracia).

El muy brillante filósofo y lingüista Noam Chomsky en su artículo “El control de los medios de comunicación” además de realizar una extraordinaria disertación sobre los conceptos de democracia, aborda la clasificación de los individuos en una sociedad según algunos teóricos y analistas políticos, como Walter Lippmann, maestros de la propaganda capaz de llevar a la guerra a un pueblo pacífico. Y realiza algunas reflexiones que me parecen indispensables.

“El papel de los medios de comunicación en la política contemporánea nos obliga a preguntar por el tipo de mundo y de sociedad en los que queremos vivir, y qué modelo de democracia queremos para esta sociedad. Permítaseme empezar contraponiendo dos conceptos distintos de democracia. Uno es el que nos lleva a afirmar que en una sociedad democrática, por un lado, la gente tiene a su alcance los recursos para participar de manera significativa en la gestión de sus asuntos particulares, y, por otro, los medios de información son libres e imparciales. Si se busca la palabra democracia en el diccionario se encuentra una definición bastante parecida a lo que acabo de formular.

Una idea alternativa de democracia es la de que no debe permitirse que la gente se haga cargo de sus propios asuntos, a la vez que los medios de información deben estar fuerte y rígidamente controlados. Quizás esto suene como una concepción anticuada de democracia, pero es importante entender que, en todo caso, es la idea predominante. De hecho lo ha sido durante mucho tiempo, no sólo en la práctica sino incluso en el plano teórico. No olvidemos además que tenemos una larga historia, que se remonta a las revoluciones democráticas modernas de la Inglaterra del siglo XVII, que en su mayor parte expresa este punto de vista”.

Extensa, pero necesaria cita.

Hoy que, como ya se vio, tenemos una nueva polarización frente a nosotros, como sociedad, como individuos y si, también, como medios de comunicación ¿qué rol deberemos asumir?

La tarea no es, para nada, sencilla.

Creo que el primer paso consistiría en definir el tipo de democracia en que vivimos, o el que deseamos vivir.

De ahí, la responsabilidad que los medios asumirán –o asumiremos-, en el proceso que se acerca, sería la consecuencia lógica de aquello a lo que aspiramos, de aquello que deseamos, que anhelamos para esta patria chica.

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