Tan solo hace un par de años, la NASA envío al asteroide Bennu de un diámetro aproximado de 500 metros, una sonda espacial desde Cabo Cañaveral, en Florida.
Se dio a conocer que si este asteroide continúa su trayectoria, podría impactar la Tierra, destruyéndola parcialmente.
Apenas el 3 de diciembre pasado, la sonda llegó al asteroide, sin embargo, no fue enviado para destruirlo, llegó ahí para tomar muestras y traerlas de vuelta a la Tierra.
Bennu viaja alrededor del Sol a una velocidad superior a los 100 mil km/h, y, de ser ciertos los cálculos de los científicos de la NASA, golpearía a la Tierra el 21 de septiembre de 2135.
La sonda Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security-Regolith Explorer (OSIRIS-REx ), viajó dos billones de kilómetros y ayudará a los investigadores a entender cómo se forman los planetas.
La misión de la NASA se lleva a cabo en conjunto con la Universidad de Arizona y se espera que la OSIRIS-REx esté de vuelta en nuestro planeta, con las muestras, en septiembre de 2023.
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