Tlaola, Pue.- Por abuso de autoridad y lesiones fueron denunciados ante el Ministerio Público, algunos elementos de la Policía Municipal de Tlaola que golpearon a un menor de 15 años edad y a otros miembros de su familia cuando quisieron defenderlo de la agresión durante el baile de feria realizado en la cabecera de esta demarcación serrana.
Riñe con edil de Atzitzintla y mandan a policías a detenerloEn video muestran abuso de policías de TexmelucanMarcelino Nixjutla Barrios, padre del menor Jonhatán, indicó que la golpiza y encarcelamiento que sufrieron su hijo, sus hermanos y él, aconteció la madrugada del pasado 13 de agosto cuando acudieron al baile que se realizó en el centro de Tlaola, con motivo de la fiesta patronal.
El niño tropezó y empujó a dos de los policías municipales que se encontraban resguardando el festejo y estos y unos seis elementos más se le fueron encima a patadas y golpes. “Le dieron en todo el cuerpo, patadas y puñetazos. Mis hermanos Fernando, Antonio, Magdaleno y yo nos metimos a defenderlo. Les gritamos que lo soltaran, los jalamos para apartarlos y en revuelta a todos nos tocó que nos golpearan”.
Los gendarmes que presuntamente iniciaron la agresión contra Jonhatán, fueron Fortunato Mejía, José Gaona y Juan Lechuga, pero también presenciaron la golpiza contra miembros de la familia Nixjutla Barrios, el director de la policía Gerardo Ávalos Escamilla y el segundo comandante Simón Pérez Escamilla, dio a conocer Rosalina Nixjutla Barrios, tía y hermana de las víctimas.
Unos minutos después todos fueron detenidos y llevados a la comandancia de la Policía Municipal en donde permanecieron cinco horas privados de su libertad. Pero a Jonhatán lo tuvieron que llevar al hospital porque estaba lastimado de la mano y de la cara y le tuvieron que sacar radiografías.
Rosalina comentó que acudieron ante el alcalde de Tlaola, Abadías Castillo Castillo, para que “hiciera justicia” liberando a sus familiares y castigando a los policías agresores, pero primero se negó a escucharlos y cuando lo hizo “nos dijo que no los iba a liberar porque no los habían agarrado en la iglesia rezando. Hicieron algo.”
“Le comentamos cómo habían sucedido las cosas. Le dijimos que ninguno estaba borracho o había buscado pleito. Pero no deben nada. Y por eso pedimos que se haga justicia”, añadió Rosalina.
Además, indicaron que han sabido que varios de los policías que los golpearon no han pasado el examen de control y confianza, pero siguen en funciones. “Aun así dicen que son autoridad. Pero no pueden hacer lo que quieran”.
La denuncia de estos hechos quedó asentada en la oficina del Ministerio Público de Huauchinango en la Carpeta de Investigaciones 986/2015.
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