El reverendo Juan Antonio Orozco, de la Prelatura del Nayar, fue asesinado este fin de semana al dirigirse a oficiar misa en la comunidad Tepehuana de Pajaritos, en Durango, al quedar en medio de un fuego cruzado entre presuntos integrantes del Cártel de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación.
Mató y calcinó a su padrino, un sacerdote de la Sierra NortePierden la vida dos sacerdotes en Puebla y TecamachalcoLa Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) lamentó deceso del religioso que fue privado de la vida “víctima de la violencia que se vive en el país”.
El párroco franciscano, junto con otros laicos que lo acompañaban, quedó en medio de un fuego cruzado entre cárteles rivales.
Él se dirigía a la comunidad tepehuana de Pajaritos y en Mezquital, Durango, fue atacado en el área de la carretera en los límites de los estados de Durango y Zacatecas.
Se desconoce cuántas eran las personas que le acompañaban y si ellas también perdieron la vida.
El Centro Católico Multimedial indicó que con el crimen del fraile Orozco Alvarado suman tres las muertes de clérigos ocurridas en circunstancias violentas en el presente sexenio 2018-2024.
El 23 de agosto de 2019, el sacerdote José Martín Guzmán Vega fue apuñalado a las afueras de su parroquia en la comunidad de Cristo Rey de la Paz, ejido Santa Adelaida, de la diócesis de Matamoros.
El 27 de marzo de 2021 fue asesinado en Dolores Hidalgo el sacerdote Gumersindo Cortés, quien pertenecía a la Diócesis de Celaya y ejercía su ministerio en la parroquia de Cristo Rey, en la comunidad Mesa de López.
Su cuerpo fue localizado cerca de un camino de terracería en la comunidad Cerrito de Guadalupe, en una brecha que conecta con el camino a San Antón de las Minas. Estaba a poca distancia de la camioneta en que viajaba y presentaba impactos de bala.
Foto: Facebook
gse
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