No pocos jugadores, afición, políticos, mexicanos en general se han unido en un grito de reclamo: esto no puede continuar así. Y no, es verdad.
Tragedia en Querétaro: urgen medidas drásticas para acabar con la violencia en el futbolVisa y Mastercard suspenden operaciones en RusiaLa riña entre lo que aparentemente era aficionados al fútbol por parte de la barra brava de los Gallos Blancos del Querétaro y los Rojinegros del Atlas es una nueva señal de alarma en el país, pero no la primera. Tampoco la más atroz.
De espanto lo que sucedió en el estadio La Corregidora, sí; coraje, impotencia e incredulidad ante lo dicho y desdicho en medios, también.
Se ha hablado de al menos 22 muertos. El gobernador y autoridades varias de Querétaro, por su parte, informaron que el resultado son heridos, dos de ellos de gravedad. Como sea, el daño está hecho. Indignante y vergonzoso, son algunos de los adjetivos lanzados y que comparto.
Pero la violencia no cesó cuando el estadio se vació. La misma continúo en las redes y en la desinformación de quienes culpan y politizan de acuerdo a los colores de un partido político.
Yo soy de las que piensan que lo sucedido en el estadio es reflejo de lo que ocurre en prácticamente todo el resto del país: una violencia desmedida y la omisión —en ocasiones la protección— de las autoridades. Así, si bien la tragedia en un juego de fútbol generó un mar de noticias y una amonestación de toda la sociedad, no hay que olvidar tan pronto la tragedia anterior a esa, el fusilamiento en Michoacán hace una semana, aunque este no haya tenido ni la misma cobertura ni haya causado el mismo grado de indignación entre la población.
Lo que nos lleva a preguntarnos: más allá de este partido, ¿qué harán las autoridades en todos los órdenes de gobierno para que este tipo de desgracias no vuelvan a ocurrir? ¿O los culpables se irán impunes mediando únicamente abrazos y una amonestación de sus mamacitas? ¿Se culpará a un gobernador, a un instituto político, con toda intención?
Hay violencia en demasía en nuestro país. ¿Por qué duele tanto cuando se expresa en un partido de futbol, cuando se da en una entidad gobernada por Acción Nacional, si bien la que nos azota a diario como país se cuenta en ya cientos de miles de muertos? ¿O en los casos como el que vimos en un video de 17 personas masacradas hace unos días?…
Hay que decirlo: desde las mañaneras todos los días se fomenta la división y, sí, la violencia social. Eso no puede estar ayudando. Cuando hace apenas tres años percibimos que López Obrador capitalizaba el resentimiento social, advertimos de las consecuencias de esto.
Y, para rematar, como muchos de los eventos trágicos o desafortunados de nuestro país este tuvo el efecto colateral que muestran la inmundicia humana de la que no se salva la clase dirigente actual. Valgan de ejemplo los tuits de Arturo Zaldívar y de Epigmenio Ibarra. Esos también son violencia. Lo que ocurrió ayer son cosechas de lo que han ayudado a sembrar.
La violencia donde sea violencia. Es momento de abrir los ojos. Eso empieza por detener el encono y, sí también, determinar responsables y aplicar la ley. No solo en este caso, en todos.
Columna de Verónica Malo
Foto: SDP
cdch
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