La Encuesta Nacional de Cultura Cívica 2020 fue un trabajo realizado por dos órganos públicos autónomos con credibilidad: el INEGI y el INE.
Si Belinda está de acuerdo, vamos por las competencias de pan y circoLos datos de la ENCUCI son contundentes y demuestran que las fuerzas armadas mexicanas tienen prestigio.
Véase la siguiente estadística acerca de la confianza que la sociedad de nuestro país tiene en las instituciones:
1º Ejército y marina, nivel de confianza de 63.8%
2º Guardia Nacional, nivel de confianza de 60.5%
3º Instituto Nacional Electoral, nivel de confianza de 59.6%
4º Presidencia, nivel de confianza de 52.5%
Después, con niveles de confianza mucho más bajos, vienen los gobiernos estatales y municipales, el poder judicial, las policías, el poder legislativo y los congresos locales.
Supongo que se busca quitarle prestigio a las fuerzas armadas con la campaña mediática contra el general secretario Luis Cresencio Sandoval González.
El INEGI y el INE también midieron la confianza en algunos grupos sociales. Los medios de comunicación están en tercer lugar, después de los sacerdotes y las universidades. El último lugar lo tienen los partidos políticos.
En España se dice tocar los cojones cuando se pretende irritar mucho a alguien. En México los cojones son los huevos o güevos.
¿Por qué partidos políticos y medios de comunicación se han unido para tocarle los huevos al general secretario? En mi opinión, por grilla.
El objetivo final no es restarle reputación al general Sandoval, sino enemistarlo con su jefe, el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Se ha sofisticado la grilla en México. Mauricio Tenorio en un Vocabulario de mexicanismos… y mexicanadas difundido ene internet explica muy bien el oficio de grillar.
Citaré, sin comillas y desbaratado en múltiples pedacitos, uno de los párrafos de la larga explicación que el señor Tenorio da. Lo haré sin su autorización —él mismo dice que no la necesitamos quienes navegamos en internet—. Es este:
√ La desigualdad también transforma la politiquería mexicana en grilla a razón del bajo costo de entrada.
√ Es decir, en cualquier ambiente político hay un costo que pagar para entrar a politiquear.
√ Hablo de lo que sé: para ser rector de Harvard o Princeton hay que grillar a pecho abierto. Pero el costo inicial es alto: al menos hay que tener un doctorado, haber publicado un mínimo (alto) de trabajos importantes en alguna disciplina, tener experiencia administrativa y saber sacar dinero a los ricos.
√ La grilla mexicana hace posible que un grillo pueda ser rector de universidad estatal con cualquier o sin doctorado, sin haber publicado nada y sin otra experiencia que la grilla misma.
√ Porque todo se grilla, el puesto, los honores, los títulos, los premios… La grilla mexicana hizo posible que tuviéramos un Secretario de Educación que decíase doctor, y no tenía ni licenciatura…
Es verdad, en México todo se grilla, entonces es posible ser periodista —y además tener éxito— sin mayores conocimientos de ninguna materia.
En nuestro país cualquier grillo, por ignorante que sea, llega a la dirigencia de un partido político, al Senado o a la cámara baja.
Para encabezar al ejército —solo a las órdenes del presidente del país— se necesita mucho más. Por lo menos (y es bastante), carrera militar y el grado de general. Un improvisado no estaría ahora despachando en la oficina de Luis Cresencio Sandoval.
La gente confía en las universidades mexicanas, pero como cualquier grillo puede encabezarlas, están entre las peores del mundo; las clasificaciones internacionales no mienten.
Nuestro ejército no está entre los más poderosos a nivel mundial si se le evalúa por su capacidad para la guerra. Pero pocos ejércitos (o ninguno) habrá que sean más apreciados por la gente de sus países.
Se ha dicho que el ejército mexicano es tan confiable porque no es una maquinaria de guerra, sino de paz.
Los soldados, solo por dar un ejemplo, son los primeros en llegar cuando es necesario rescatar damnificados en las comunidades después de desastres naturales.
El aeropuerto de la Ciudad de México lo vigilan marinos —de la marina armada, sí—, ¿molestan a alguien? Más bien, me consta como viajero frecuente, se dedican a facilitar las cosas a los pasajeros.
En Monterrey, cuando en el sexenio de Felipe Calderón se complicó la absurda guerra contra el narco, hasta aplaudíamos al ejército cuando lo veíamos en las calles.
La gran tragedia de México fue haber iniciado la guerra tan a tontas y a locas contra las mafias. Lo hizo Calderón por irresponsable y entregó la estrategia y la conducción de las operaciones a un empleado del narco, Genaro García Luna, hoy preso en Estados Unidos por su complicidad con el cártel de Sinaloa.
Ha sido todo muy difícil desde entonces. Las fuerzas armadas necesitaban un marco legal para mejorar su eficacia en el combate a grupos criminales que se esconden con suma facilidad entre la sociedad. Ya existe esa ley.
Pero, de pronto, cuando el ejército comienza a encontrar todas las piezas del rompecabezas de la inseguridad, lo hackean. Enseguida, políticos y periodistas se lanzan a golpear a sus integrantes, sobre todo al general secretario.
Hoy se lincha al general Sandoval porque no quiso prestarse a un circo de legisladores grillos. Ya son excesivos los insultos que recibe el general secretario, deben parar.
Entiendo a la grilla periodística y partidista: se pretende debilitar a AMLO. Lo que se busca, insisto, es que el general secretario pierda la paciencia y caiga en conductas que lo enemisten con su jefe, el presidente de México.
Creo que no ocurrirá porque tanto el general Sandoval como el presidente López Obrador entienden lo que está en juego.
Pero no es sano que los columnistas insistan en apretarle los huevos a un militar que necesita hacer su trabajo en paz.
La grilla no le quitará al ejército su prestigio bien ganado entre la gente. Pero, como quiera que sea, la comentocracia debería moderarse.
Columna de Federico Arreola en SDP Noticias
Foto SDP
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