*
Sábado, 4 de Mayo de 2024

Se lleva dos premios en Festival de Berlín documental filmado en Puebla

El Eco fue filmado por la mexicana Tatiana Huezo, en la comunidad del mismo nombre, al norte del estado
Lunes, 27 de Febrero de 2023 10:59
|
Municipios Puebla

El documental “El Eco”, filmado por la mexicana Tatiana Huezo en el municipio de Chignahuapan, en Puebla, ganó este fin de semana los premios a Mejor Directora y Mejor Documental en la sección Encounters del 73° Festival Internacional de Cine de Berlín.

Alistan documental sobre la cultura ngiwa-popoloca en escenarios de la Reserva de la Biosfera Filman documental Puebla Majestuosa en TehuacánA Huezo le gusta definir a El Eco, pequeña comunidad poblana con apenas un centenar de habitantes, como el inicio o el fin del mundo, de acuerdo con lo que planteó al Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine).

Una comunidad campesina donde todo ocurre por primera y última vez. Aquí nacen y mueren niños, ancianos, animales; crecen y se cosechan los granos y los frutos, amanece y anochece en un ciclo distinto a nuestra concepción del tiempo.

Pero en El Eco también se experimenta con toda su fuerza y su pureza la alegría, el asombro, la ausencia, el dolor.

Y en la mirada del documental El eco, son los niños y jóvenes quienes despliegan estas emociones primigenias, al tiempo que el ciclo de la vida va marcando los momentos para crecer, aprender, tomar decisiones o partir.

¿Cómo llegas a El Eco y cómo reconoces que ahí hay documental?

Yo quería trabajar con niños campesinos y empecé a buscar escuelas rurales. Me acerqué con la Conafe [Consejo Nacional de Fomento Educativo] y tuve un apoyo muy importante de una autoridad, quien inventó el método ABC, una especie de tutoría en el que un niño enseña a otro niño: un estudiante aprende un tema, lo investiga en los libros que hay en el salón, en su casa, con sus abuelos y luego se lo transmite a otro niño. Me emocionó ver que esto estaba pasando en las escuelas rurales y ahí empezó la búsqueda.

En Puebla visité muchas escuelas rurales: presenciaba las clases, veía a los niños y jugaba con ellos. Estábamos por Zacatlán de las Manzanas y en la lista de los pueblos que faltaba conocer estaba El Eco. Por intuición, la palabra me cautivó.

Fuimos en otoño. Encontré un paisaje lunar. El Eco está a más de 300 metros de altura y la luz tiene algo particular. Pasé un día en la escuela; la niña que en documental cuida las ovejas, Luzma, estaba tutoreando a los gemelos. Ella tenía mucho miedo, le temblaba la voz, tenía una emoción enorme de poder enseñarle algo a estos niños.

Había dos gemelos, el eco, los espejos, muchas señales empezaron a surgir. La escuela me enamoró; fueron los ojos y los rostros de los niños, con la piel muy curtida, de gente mayor. Ahí los niños crecen muy rápido, la vida es muy dura en este lugar. Comí en una casa del pueblo y salieron algunas historias sobre las brujas, que en la noche liberaban a las borregas de la casa. De repente le pregunté a la abuela, Eustolia, (que no aparece en la película; murió durante el rodaje) por qué el pueblo se llama El Eco. Eustolia me dijo: “Cuando sopla el viento, se lleva a volar las voces de la gente por los cerros y todo el mundo puede oír lo que uno dice. Por eso en este pueblo uno debe tener mucho cuidado con lo que dice”.

Fue el primer gancho. Después empezó un proceso de investigación largo, de cuatro años, pero desde ese momento sentí que ahí había un montón de elementos simbólicos, estéticos y narrativos para explorar.

 

 

Foto: Imcine

 

gse

Vistas: 1583