No se hagan bolas, el candidato de Andrés Manuel López Obrador es Marcelo Ebrard Casaubón, pero no lo será por Morena.
El faro de la moralidad y el bipolar AndrésAMLO confirma el reintegro de mil 900 mdp a Puebla a través del SATAnte la crisis y el fracaso de la 4T, los conflictos y traiciones entre los integrantes del gabinete y al interior del movimiento, del propio partido Morena y de sus aliados, aunado a las serias dificultades que atraviesa con Estados Unidos, el presidente, con ese gran olfato político que tiene, sabe que no puede confiar en cualquiera, ni mucho menos exponerse a un brutal juicio político al término de su sexenio, por ello, prepara una jugada maestra: impulsar mediante un pacto a Marcelo en la oposición.
¿Qué mejor que utilizar a la oposición para pasar a la historia como un demócrata y de paso, asegurarse de que no lo toquen, que no lo traicionen y además, sacudirse de compromisos?
La 4T hace agua, el discurso anticorrupción de AMLO se cae a pedazos, con temas como Segalmex, Financiera Rural, Dos Bocas, CONADE y un larguísimo etcétera; o tragedias como el colapso de la Línea 12, la explosión en Tlahuelilpan, los migrantes muertos o el innegable avance del crimen organizado en toda la república.
La incapacidad de AMLO para gobernar se ve reflejada en la falta de crecimiento económico, aumento de la pobreza, caída de la inversión, alza en el desempleo y en el colapso del sistema de salud.
Más lo que se acumule, pero tarde o temprano todo le pasará factura y bien sabe que eso podría ocurrir al día uno en que deje de ser presidente, por eso le urge encontrar quién le pueda garantizar impunidad.
Es innegable que entre los secretarios de Estado o las tres “corcholatas” de Andrés, Marcelo es el que posee más experiencia, oficio político y capacidad de operación y así lo ha demostrado cada vez que ha sido puesto a prueba.
Marcelo está muy por encima de Claudia Sheinbaum, cuya principal virtud es la de ser servil ante AMLO, pero esa sumisión no le garantiza al presidente la protección que requiere. Durante su campaña adelantada, Claudia ha sido constantemente cuestionada y una y otra vez ha recurrido a la protección de su jefe. Si ni siquiera tiene capacidad para defenderse a sí misma ¿qué podría hacer para proteger a AMLO?
El tabasqueño es bastante limitado, carece de capacidad de interlocución con la oposición, no tiene experiencia política fuera de Tabasco y le faltan “tablas” para negociar. Su imagen no tiene mayor impacto y sobresalen los aspectos negativos, por lo que no sólo no garantiza protección en un futuro para AMLO, sino que, por sus limitaciones, genera más riesgos para el actual presidente y sus allegados.
En contraparte, Ebrard tiene contactos y una excelente relación con importantes grupos de la oposición de todos los colores y corrientes ideológicas. Sus buenas relaciones no se limitan a México, como Canciller ha construido una sana interlocución con la DEA y los estadounidenses, que lo convierte en el único que podría garantizar la impunidad de los cercanos del presidente, además de los excelentes lazos que mantiene con Europa y en la construcción de alianzas con países de Asia.
Marcelo tiene algo más que ninguna de las otras corcholatas tiene, una relación política de más de tres décadas con López Obrador, desde que el canciller era el fiel escudero de Manuel Camacho Solís y AMLO era el rijoso manifestante a su servicio que recibía portafolios con dinero para financiar o retirar las concentraciones de sus huestes en el Zócalo o en Paseo de la Reforma.
Como buen dinosaurio priista, Marcelo sabe de pactos. En el 2000 con su Partido del Centro Democrático y en 2006 cuando le cubrió las espaldas en la CDMX, le dio la vuelta al tema del “señor de las ligas”, René Bejarano y Carlos Imaz y controló el asunto de inseguridad en la CDMX.
Ebrard ha sabido aguantar sin chistar y desde la barrera vio a AMLO postularse en 2012 y en 2018 y sigue esperando a que llegue su turno.
Sabe que por Morena no irá, pero, desde la oposición también sabrá contener a los traidores y a los duros de Morena, conoce los entretelones del poder y sabrá, en caso necesario, estructurar venganzas.
Si al final el gran olfato político de AMLO no falla, logrará sacudirse a las corcholatas y al ala dura de Morena que solo saben de robar, golpear y coaccionar y de paso, con Marcelo desde la oposición, logrará el movimiento que tanto necesita: garantizar la protección para él y para los suyos.
Columna de Manuel Díaz en SDP Noticias
Twitter: @diaz_manuel
Foto Andrea Murcia
clh
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