La Secretaría de Salud federal informó que el Gobierno de México trabaja con base en una nueva visión de no criminalizar a las personas usuarias de sustancias psicoactivas, y deslindar las violencias de los consumos para avanzar en la disminución desde la familia, la comunidad y la sociedad, Conasama.
En México existen siete mil pacientes con esclerosis lateral amiotróficaAsimismo, señal{o que los programas y acciones van encaminados a todos los grupos de edad para eliminar el miedo que sienten las personas usuarias de sustancias psicoactivas a pedir ayuda, disminuir la discriminación y el estigma hacia ellas.
En el contexto de las acciones de los centros comunitarios, se han realizado 2.1 millones de detecciones oportunas de riesgo psicosocial en adolescentes y brindado tratamiento a 305 mil personas.
El mayor avance en salud mental y adicciones en la historia de México se ha dado en esta administración, con cambios a la Ley General de Salud que han logrado una amalgama en estas dos áreas y fortalecer la labor de especialistas en psiquiatría, salud mental y psicoterapia.
México es uno de los países con legislación vanguardista, progresista y humanista, resultado del trabajo de varios años, con base en las buenas prácticas profesionales y la ciencia. Las personas de nuestro país cuentan con la Estrategia Nacional de Prevención de Adicciones (ENPA), que es la más importante en la historia nacional y probablemente del mundo.
Asimismo, inició la conversión de 341 centros de atención primaria en adicciones hacia Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones, una gran red que, junto con hospitales generales y clínicas, ofrecen tratamiento universal, gratuito, así como servicios de prevención y orientación.
El Plan Nacional de Desarrollo favorece las acciones de reducción de riesgo y daño para atender a las personas que sufren el flagelo de las adicciones; este problema no sólo encabeza la agenda nacional en México, sino que se ha vuelto uno de los temas más importantes en el mundo.
“Lo que ha sucedido durante los últimos 20 años es una epidemia de drogas sin antecedentes en el planeta: la transición que habíamos vivido de drogas naturales hacia drogas sintéticas se ha acelerado de manera rampante; cuesta menos de 100 pesos un gramo de cristal-menfanfetamina y está siendo consumido por todos los estratos sociales.”
En México, hasta enero de 2023, 35.6 millones de personas han recibido servicios de prevención y atención a través de la ENPA.
Conforme a datos del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones 2023, que coordina Conasama, México atraviesa una transición epidemiológica en cuanto a la demanda de atención por uso de metanfetaminas; esto genera más ingresos a tratamiento en mayor número de entidades federativas, ya que pasó de seis estados en 2017, a 21 en 2022.
Entre esos años, el consumo de anfetaminas, metanfetaminas, éxtasis o estimulantes de uso médico creció 218 por ciento. En 2022 fueron las sustancias de mayor demanda de tratamiento, con 46.2 por ciento de los casos, seguidos del alcohol, 24.6 por ciento, y marihuana o cannabis, 13.3 por ciento.
En cuanto a drogas emergentes como fentanilo, desde 2018 se ha constatado un crecimiento; los principales focos de consumo se encuentran en las ciudades fronterizas de Mexicali y Tijuana, Baja California; Ciudad Juárez, Chihuahua, y San Luis Río Colorado, Sonora.
En dos terceras partes de los estados de la República se presentan patrones similares de demanda de atención por tipo de sustancia. En el sur es por alcohol, cannabis y cocaína; en el noroccidente prevalecen las metanfetaminas, el alcohol y cannabis o marihuana; en Baja California y Sonora destaca la presencia de opioides.
La Encuesta en línea sobre el uso de cannabis y derivados 2023, aplicada a 13 mil 470 personas de 12 a 75 años, mostró que 28.3 por ciento, es decir, tres mil 769, la consumió alguna vez en la vida; de ellas, una de cada cinco dijo usarla en la actualidad y, una de cada cuatro ha intentado dejarla.
Las principales razones para consumir, son la mejora del sueño y del rendimiento, reducción de síntomas físicos y estrés, para socializar, tratar estados emocionales, por experimentación y por diversión. Del total de personas entrevistadas, 41.2 por ciento considera que su consumo es riesgoso.
Es importante poner un alto al estigma y discriminación y reforzar la prevención. Este desafío no sólo atañe a la justicia y la seguridad, es responsabilidad del sistema de salud pública porque afecta la calidad de vida de millones de personas.
Las y los profesionales de la salud deben contribuir a eliminar el estigma y la discriminación hacia las personas usuarias de sustancias psicoactivas. De igual forma, deben acercar a las personas a la atención integral médica especializada para reducir el riesgo de trasmisión de enfermedades.
El Informe mundial sobre las drogas 2023 bit,ly/DrugReport2023, destaca que en el mundo hay 296 millones de personas que consumieron algún tipo de droga; de ellas, 39.5 millones presentan algún trastorno por esta causa, y 13.2 millones se inyectaron, lo cual incrementó 35 veces el riesgo de adquirir VIH.
Se incrementó casi 50 por ciento la proporción de mujeres usuarias de drogas, y una de cada cinco personas que consumen sustancias psicoactivas ha recibido tratamiento. El fenómeno de las drogas sintéticas es preocupante, debido a su proliferación, ya que suelen ser baratas, fáciles y rápidas de hacer.
La Oficina de UNODC destacó que, a nivel global, 300 millones de personas consumen drogas; de ellas, 10 por ciento padece algún tipo de trastorno y sólo una de cada cinco recibe tratamiento.
El trabajo coordinado en México entre autoridades de las 32 entidades federativas y Conasama para la creación de políticas públicas que fortalezcan a las instituciones en la prescripción de tratamiento humano y de calidad, con todos los estándares internacionales de prevención y tratamiento.
Para afrontar esta situación en el país, se debe brindar tratamiento equitativo, de calidad, sin discriminación y sin estigma. Asimismo, se destaca la necesidad de invertir en la prevención del consumo de drogas entre niñas, niños y adolescentes, con apoyo de la comunidad, madres y padres de familia, docentes y alumnado.
Foto: Archivoe
cdch
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