Se trata de un cáncer altamente curable, cuyo éxito en el tratamiento depende del conocimiento de la enfermedad, de reconocer síntomas y del diagnóstico oportuno.
En México, más de 30 millones de personas padecen hipertensión arterialEl linfoma es el sexto cáncer más común en México, después del tumor de mama, cérvicouterino, pulmón, próstata y colon. El tratamiento, aunque es costoso y prolongado, permite que sea potencialmente curable.
Existen 42 tipos de linfoma que se agrupan en: linfoma de Hodgkin y linfoma no Hodking.
Del linfoma de Hodgkin existen cuatro subtipos, el más frecuente se conoce como esclerosis nodular. Del linfoma no Hodgkin hay 38 subtipos, los más frecuentes son el linfoma difuso de células grandes que afecta a niñas, niños y jóvenes, y el linfoma folicular que es más recurrente en personas mayores de 60 años.
Los síntomas que presenta el paciente de linfoma, destacan el crecimiento de uno o varios grupos de ganglios en el cuello, axilas o ingle, que pueden acompañarse con pérdida notoria de peso, sudoración excesiva y fiebre, habitualmente por la tarde o noche.
Adicional a ello, se pueden presentar síntomas propios de los órganos que afecta. Por ejemplo, si aparece en el pulmón se manifiesta con tos con sangre o falta de aire; si se desarrolla en el canal raquídeo causa dolor y afecta los nervios; si es gástrico, provoca sangrado de estómago. También puede dañar bazo y amígdalas
La mayoría de los linfomas se tratan con quimioterapia de combinación que se aplican en hospitales de alta especialidad, como el INCan, el Hospital General de México y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”.
El diagnóstico oportuno es fundamental para la curación de las y los pacientes, ya que 98 por ciento de los linfomas que se detectan en etapa inicial identificada como uno, son curables. En la etapa dos, 80 por ciento; en la etapa tres, entre 70 y 75 por ciento; y en la cuatro, inferior a 50 por ciento.
Foto: Especial
cdch
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