“Para decir mentiras y para comer pescado… hay que tener mucho cuidado.”
REFRÁN
“La verdadera historia
Se esconde tras
Una memoria
De errores heredados
Y de sacrificios
Que llevo en mi sangre
Con virtualidad de santo
Y destruí toda la verdad
Porque aprendí a mentir
Para ganar
Y me convertí
En lo que nunca soñé
Soy solo un cínico más.”
BETO CUEVAS
Un cuarto de siglo gobernada por la “izquierda” mexicana. Es más, el 5 de diciembre se cumplirán 26 años que la Ciudad de México habrá estado bajo la titularidad de fuerzas políticas ligadas —de una u otra forma— al obradorismo. Pero a pesar de ello, Mario Delgado, presidente de Morena, como parte de su pre campaña por la jefatura de gobierno de la capital que anunció formalmente el día de ayer, sale a asegurar que la CDMX significa un negocio inmobiliario… ¡para la oposición!
Morena medirá a cuatro perfiles para la gubernatura de PueblaXóchitl Gálvez se acerca más Claudia SheinbaumVamos, el chiste se cuenta solo. Quienes han gobernado la ciudad son los que dan/quitan/abusan de la legislación inmobiliaria.
Y no, no sostengo que la oposición política nunca ha tenido sus quehaceres en la trama inmobiliaria, pero quienes se han repartido el pastel —perdón, la ciudad de los palacios— a diestra y a siniestra son los gobiernos 26 años para acá, incluyendo la gestión de López Obrador, la de Marcelo Ebrard y la de Claudia Sheinbaum (digo, a menos que ahora se quiera considerar al ex canciller como ‘oposición’; por cierto, Miguel Mancera en su momento fue obradorista también).
Delgado (itamita y, por lo tanto, corrupto de acuerdo a López Obrador) olvida convenientemente que en este cuarto de siglo el sector informal en la Ciudad de México —mucho de este generando clientelas del morenismo— ha tenido un crecimiento explosivo. Nada que presumir cuando deberían haber promovido y encauzado la formalidad de un muy numeroso grupo de personas.
Tampoco habla de la ingente cantidad de edificios que tienen fallas en su construcción o cuyos chuecos permisos fueron dados bajo la égida de delegados, alcaldes, jefes de gobierno ligados —antes y hoy— a AMLO y a lo que es ‘la cuarta transformación’.
La misma ciudad que Carlos Fuentes consideraba “La región más transparente” y que cada vez tiene menos árboles y zonas verdes gracias, sí, a los gobiernos de izquierda. Pero ya sabemos cómo se las gastan; “no se va a talar ni un solo árbol”, dice su jefe moral. Se jactan de los programas de reforestación que lanzan, de las nuevas zonas arboladas y parques que establecen, mas eso son tan solo unas míseras muestras de cal por muchas de arena.
Ya van siendo demasiados años como para culpar a la oposición de los problemas que se viven en la Ciudad. Es verdaderamente ridículo.
La mayoría de las delegaciones -hoy alcaldías- están siendo gobernadas por la izquierda… irregularidades que hoy se arrastran en colonias, predios, edificaciones, crecimiento urbano desordenado, prebendas y tolerancia a paracaidistas e informales a quienes se les cobra pero no se les soluciona. En fin, clientelas de todos estos gobiernos por tantos años. Y ahora, quien aspira y suspira para ser candidato de Morena, quien además es el dirigente del partido en el poder, se avienta estas chorradas/mentiras/declaraciones cínicas. Mario Delgado quiere ser el candidato de la 4t titular del ejecutivo local, y es soñando con eso que suelta mentiras contra de la oposición. Estas se le regresarán como bumerán.
La verdad es que, más allá de sus anuncios y sus deseos, las encuestas no le dan. De hecho sus dichos únicamente anuncian sus miedos y el pavor que tiene la 4t de perder la Ciudad de México a la oposición. No se ve claro qué candidato de Morena va a hacer la proeza de evitar la debacle de la “transformación” en la capital de la república. Hasta ahora los suspirantes de la 4t que se han pronunciado son Mario Delgado, Omar García Harfuch y Clara Brugada, esta última alcaldesa de Iztapalapa que ha solicitado licencia. Y si bien hace unos cuantos días parecía que García Harfuch sería el abanderado de unidad, ahora esa posibilidad ha quedado en suspenso.
En todo caso, la joya de la corona en cualquier contienda local es la Ciudad de México. Delgado lo sabe mejor que nadie: perderla electoralmente hablando le crearía un boquete gigante a Claudia Sheinbaum. Perder la capital es arriesgar la Presidencia de la República. Pero, además, ¿alguien se imagina a la ex jefa de gobierno ganando a nivel federal pero perdiendo en votos la capital que ella gobernó? Podría ocurrir, mas se vería mal.
En fin. El miedo no anda en burro, si bien en la Ciudad de México anda en las declaraciones del líder de Morena, así como —por otras razones más reales y mucho más importantes— en los vagones del Metro de capital.
Columna de Verónica Malo en SDP Noticias
Foto Cuartoscuro
clh
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