¡Amor con amor se paga!
Hace unos días trascendió la renuncia de Esther Ramírez Bernabé, VP de Banca de Desarrollo y Finanzas Populares, a quien se le han atribuido múltiples actos de corrupción que están siendo investigados en la FGR.
¿Cuánto cuesta un Ferrari?VivaVolar con flexibilidadPues los cochupos de esta ‘servidora pública’ entre las entidades que supervisaba le pueden afectar a usted, estimado lector.
Esther fue nombrada por Jesús de la Fuente y es la mujer de todas las confianzas y operadora de José Ramón Canales, VP de Supervisión de Grupos e Intermediarios Financieros B, mejor conocido como el Golden Boy o el Chelas.
De hecho, fue al amparo de Canales que Esther llegó a este puesto en febrero de 2023 -inhale y exhale- después de un ‘planeado’ despido de Jorge Pellicer, quien fue presionado para renunciar tras, ‘casualmente’, tener toda la evidencia y determinación para revocarle a Libertad Servicios Financieros la autorización para operar como Sofipo.
Fue entonces cuando los asesores de Juan Collado, abogado acusado de lavado de dinero y accionista mayoritario, comenzaron la embestida contra Pellicer, ante la cual Jesús de la Fuente terminó cediendo. Ya después les platicaré cómo es que Collado se hizo de Caja Libertad, una historia que, aunque parece ficción, es real.
Libertad es una de las Sofipos más grandes del país, que, según los estados financieros publicados en su página de internet, maneja 11.6 mmdp de activos, cerca de 2.3 millones de clientes y pasivos por 9 mmdp, pero ¡ojo!, porque ahí se escucha que los supervisores han detectado discrepancias y algo que no cuadra en su contabilidad.
Valdría la pena que los órganos fiscalizadores de la CNBV revisaran, ‘por aquello de las dudas’.
Seguro ya se están preguntando, ¿esto a mí en qué me puede afectar?
La respuesta es: pregúntele a quienes confiaron sus ahorros de toda la vida a instituciones como Ficrea, Batoamigo, Devida, Sierragorda, Crédito Popular Nacional o los bancos Famsa o Accendo, las cuales quebraron. Y lo peor del caso es que con estas entidades financieras, reguladas y supervisadas por la CNBV, los ahorradores terminaron recuperando solamente un porcentaje ínfimo del dinero que tenían quesque en instituciones ‘confiables, seguras y solventes’.
Pues frente a las narices de la CNBV operaban con capitales inferiores a los que la ley les exigía tener; incumplían sus obligaciones legales en forma permanente con registros indebidos, alterados o falseados; otorgaban créditos relacionados indiscriminadamente; no constituían reservas de cartera vencida, y así pusieron en riesgo el capital de muchos mexicanos.
La Sofipo Libertad reportó pérdidas en 2021 y 2022, e incluso estuvo sujeta a un plan de restauración porque su capital neto se encontraba muy por debajo del mínimo exigido por la ley y, tal cual se los anticipé hace un par de meses, solicitó autorización ilegal a la comisión para la emisión de obligaciones subordinadas privadas y sin registro, hasta por un monto de 200 mdp. Esta emisión de obligaciones le habría dado temporalmente un ‘respiro’ a Libertad, y sin duda, le hubiera quitado presión al problema recurrente de capitalización que la Sofipo ha enfrentado, pero mi duda siempre fue: ¿el capital de los inversionistas y ahorradores estaría seguro?
¿Usted qué cree?
Es difícil adivinar, #OkNo.
Habrá quien crea en las casualidades, pero sin duda llama la atención la renuncia de la VP que supervisaba a este sector. Aquella que le platiqué, entre otras columnas, en ‘El imperio del nepotismo en la CNBV ¿tiene daños colaterales?’, que amenazó a diestra y siniestra no solamente al personal bajo sus órdenes, sino incluso a diversos funcionarios de la comisión, para que la autorización ilegal de la emisión fuera otorgada, a pesar del alto riesgo que ésta representaba para los inversionistas, o sea ahorradores.
Además, déjenme decirles que, aunque el intento de Esther Ramírez estuvo muy cerca del éxito, al final resultó fallido, ya que, según radiopasillo, en Palacio Nacional fue el propio secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, quien detuvo la autorización ilegal y decidió que ya debía poner punto final a las irregularidades y al reinado del terror en la comisión, tal cual lo publiqué en la columna ‘El diablo ronda, me dicen, ¡en todo el edificio de la CNBV!’.
Ah, y hablando de casualidades, y aunque no me lo van a creer, qué les cuento: la presidenta del Consejo de Administración de Libertad, durante su paso por la CNBV, impulsó el desarrollo de sus dos más cercanos colaboradores…
El Golden Boy y Esther Ramírez.
¡Amor con amor se paga!
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