Con la llegada de diciembre, las celebraciones de fin de año traen consigo una tradición muy arraigada en México: el uso de pirotecnia. Sin embargo, esta costumbre, que generalmente busca iluminar el cielo y llenar de ruido las festividades, también acarrea peligros.
Violencia contra paramédicos: arrojan piedra a ambulancia en San Andrés CholulaIncrementaron ventas durante El Buen Fin 2024 en un 15.5%Uno de los artefactos más peligrosos que sigue circulando a pesar de su prohibición es el cohete conocido como “Cara de Diablo”, cuyo potencial destructivo lo convierte en una verdadera amenaza para quienes lo manejan, especialmente niños y adolescentes.
Este cohete, que se distingue por su diseño triangular negro y la imagen de un demonio con ojos rojos, es uno de los más letales en el mercado.
A pesar de las campañas de concientización y las medidas de restricción implementadas por varias autoridades, como las de la Ciudad de México, San Luis Potosí y Sinaloa, su venta clandestina persiste en diversos puntos, incluidos mercados locales y plataformas como Facebook Marketplace. Esta realidad refleja la incapacidad para erradicar el comercio ilegal de pirotecnia que pone en riesgo a miles de personas.
El “Cara de Diablo” es mucho más que un simple cohete. Con un tamaño promedio de 15 centímetros, este artefacto utiliza una mezcla explosiva que incluye pólvora y óxido de aluminio, pero algunos especialistas aseguran que podría contener dinamita, lo que explica su increíble potencia.
De acuerdo con expertos, este cohete tiene cuatro veces más poder que los cohetes permitidos legalmente, lo que incrementa de manera significativa el riesgo de lesiones graves y fatales.
Las consecuencias de una explosión son devastadoras. Quemaduras, mutilaciones, daños auditivos irreversibles e incluso la muerte son algunos de los efectos de este cohete.
Recientemente, un caso en Reynosa conmovió al país: un hombre perdió la vida cuando el “Cara de Diablo” explotó en su cara, lo que pone de manifiesto lo peligrosamente impredecible de este artefacto. A pesar de los esfuerzos de las autoridades por prevenir este tipo de tragedias, la venta clandestina sigue siendo un problema de fondo.
Los vendedores, conscientes de la ilegalidad del producto, optan por comercializarlo en espacios no oficiales, lejos de la mirada de las autoridades. Además, las redes sociales se han convertido en un canal popular para la venta de este tipo de cohetes, lo que ha complicado aún más la tarea de erradicar su distribución.
La desinformación y la falta de conciencia sobre los peligros de este cohete hacen que muchas personas sigan comprándolo, sin ser plenamente conscientes de las consecuencias.
La realidad es que el "Cara de Diablo" no es un cohete común, sino una bomba de alta potencia que puede destruir vidas y propiedades en segundos. Si bien las autoridades continúan con sus campañas de sensibilización, la venta sigue siendo una preocupación constante.
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xmh
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