En medio de una controversia por las políticas comerciales de México, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que en febrero de 2024 se presentará una propuesta de ley en el Congreso para prohibir el maíz transgénico en el país.
Tráiler provoca carambola en la autopista México-Puebla; cinco vehículos involucradosEsta decisión surge a raíz de un fallo emitido por un panel del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el cual determinó que las restricciones impuestas por México al maíz genéticamente modificado (GM) violan los compromisos adquiridos en dicho acuerdo comercial.
El maíz transgénico es un tipo de cultivo modificado genéticamente para resistir herbicidas como el glifosato o para tolerar plagas a través de la producción de toxinas.
A nivel mundial, se estima que el 45% del glifosato utilizado en la agricultura se destina al maíz, lo que implica un uso intensivo de químicos en su producción.
Estos maíces han sido diseñados para soportar mayores cantidades de herbicidas sin que la planta se dañe, lo que genera preocupación sobre los riesgos para la salud humana y la biodiversidad, además de las implicaciones ambientales que conlleva el uso excesivo de estos pesticidas.
El maíz transgénico también ha sido vinculado con la permanencia de toxinas en los granos consumidos, lo que genera inquietud en sectores científicos y ambientales. A pesar de estos riesgos, el cultivo de maíz transgénico sigue siendo dominante en muchas partes del mundo, incluido el uso masivo de este maíz en la industria alimentaria.
Durante la inauguración de un hospital en Ciudad Juárez, la presidenta Sheinbaum ratificó su postura en defensa del maíz como un recurso cultural y estratégico para México. “El maíz es nuestra planta madre. Es un símbolo de la identidad mexicana, y proteger su biodiversidad es un asunto prioritario”, expresó Sheinbaum.
Además, resaltó que el gobierno buscaría “darle la vuelta” al fallo del panel del T-MEC con la ayuda del Congreso, para prohibir la siembra de maíz transgénico en el país. La mandataria subrayó que, más allá de los intereses comerciales, se debe preservar el maíz nativo de México, una planta domesticada por las civilizaciones mesoamericanas hace miles de años. En sus palabras, “sin maíz no hay país”.
El fallo del panel del T-MEC ha generado una gran presión sobre México, ya que señala que las restricciones impuestas por el gobierno mexicano al maíz transgénico violan los compromisos adquiridos en el acuerdo comercial. Según el fallo, si México no modifica su postura antes del 3 de febrero de 2024, Estados Unidos y Canadá podrían imponer aranceles a productos mexicanos.
Cabe recordar que el decreto emitido en febrero de 2023 prohíbe el uso de maíz transgénico en productos como tortillas y masa, y promueve su sustitución en la producción industrial tanto para consumo humano como animal. No obstante, a pesar de la controversia con el T-MEC, las Secretarías de Economía y Agricultura han mantenido su postura de que la restricción al maíz transgénico es necesaria para proteger la biodiversidad de las variedades nativas y garantizar la seguridad alimentaria del país.
México es el principal comprador de maíz amarillo de Estados Unidos, importando alrededor de 22.3 millones de toneladas métricas en la temporada agrícola 2023-2024. La gran mayoría de este maíz es genéticamente modificado.
Sin embargo, el gobierno mexicano ha tomado una postura firme en cuanto a la siembra de maíz transgénico dentro de su territorio, temiendo que los cultivos genéticamente modificados puedan contaminar las variedades nativas, que son un elemento fundamental para la identidad cultural y la biodiversidad agrícola del país.
El maíz nativo mexicano, además de su valor cultural, es crucial para el ecosistema agrícola del país. La diversidad genética de las variedades de maíz que existen en México ha sido un patrimonio invaluable, lo que hace aún más relevante el debate sobre los riesgos de la contaminación genética por los cultivos transgénicos.
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xmh
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