Las reformas promovidas por la autoproclamada 4T no vaticinan, a mi juicio, nada bueno para la vida pública mexicana.
La secretaria de Cultura viendo a Angelina Jolie como María CallasHabía que ser torero…La reforma judicial, la desaparición de los organismos autónomos y la llamada de “supremacía constitucional” representan, a reserva de conocer su futura implementación, un retroceso en términos de la separación de los poderes y la defensa de los derechos de los ciudadanos.
Sin embargo, falta una: la reforma electoral. En opinión de muchos, esta reforma ha sido postergada derivado de las implicaciones de las elecciones de jueces y magistrados de junio de 2025. El régimen habría dejado intocado al INE con el propósito de que éste pudiese operar los comicios bajo su estructura actual.
Quizás uno de los mayores temores sea la eliminación de los plurinonominales. El lector recordará que estos legisladores, a pesar de no ser electos directamente, hacen posible que los partidos minoritarios, léase, aquellos que por diversos motivos no son capaces de ganar distritos electorales, cuenten con representación en el Congreso.
Bajo la hipótesis de la eliminación de los plurinominales y por tanto, la reducción del tamaño del Congreso, se transitaría hacia un modelo similar al estadounidense.
En el caso mexicano, Morena contaría con el 85 por ciento de la cámara de Diputados y un porcentaje similar en la Cámara Alta, dejando sin representación a millones de votantes.
No obstante esta aparente conveniencia para el partido oficial, la eliminación de la representación proporcional conllevaría la desaparición de los partidos satélites como PT y Verde. Por lo tanto, resultaría complicada una negociación y el acuerdo con los aliados de Morena.
Otro gran tema sería sin duda las competencias del INE. En caso de que éste desapareciese, fuera reducido o disminuido en sus competencias, el país conocería el inicio del fin de su democracia electoral.
En suma, la reforma electoral ha sido uno de los temas pendientes de la agenda oficialista de 2024. ¿Se promoverá en el Congreso una vez pasada la farsa de las elecciones del Poder Judicial? Prestemos atención.
Columna de José Miguel Calderón en SDP Noticias
Foto Mario Jasso
clh
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