El atentado ocurrido durante la madrugada del 1 de enero en Nueva Orleans, Estados Unidos, que dejó al menos 15 muertos y 35 heridos, ha puesto en alerta a las autoridades mexicanas, ya que dos ciudadanos de nacionalidad mexicana resultaron afectados en el incidente.
VIDEO Así fue el primer atardecer de este 2025Respaldan gobernadores de Morena postura migratoria de SheinbaumSegún la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), los dos mexicanos se encuentran fuera de peligro y estables, aunque continúan recibiendo atención y apoyo desde el Consulado de México en la ciudad estadounidense.
El Consulado brinda apoyo a las víctimas
En un esfuerzo por apoyar a los afectados y sus familias, el Consulado de México en Nueva Orleans ha mantenido comunicación directa con los familiares de los ciudadanos mexicanos.
Las autoridades mexicanas han reiterado su compromiso de brindar asistencia integral y de estar al tanto de cualquier cambio en la situación. "Estamos monitoreando de cerca la evolución del caso y trabajando en coordinación con las autoridades locales para garantizar la seguridad de nuestros connacionales", indicó la SRE en un comunicado oficial.
El ataque: Un hecho violento de posible tinte terrorista
El ataque, que ocurrió en pleno Barrio Francés, una de las zonas turísticas más populares de la ciudad, fue perpetrado por Shamsud-Din Jabbar, un exmilitar de 42 años originario de Texas. Según las primeras investigaciones, Jabbar embistió a la multitud con una camioneta eléctrica Ford F150 blanca.
Tras el atropellamiento, el agresor comenzó a disparar contra los oficiales de policía que intentaban neutralizar la situación, hiriendo a dos de ellos antes de ser abatido por las autoridades.
Las autoridades estadounidenses, lideradas por el FBI, han revelado que el atacante portaba una bandera del Estado Islámico (EI) dentro de su vehículo, lo que sugiere posibles vínculos con grupos terroristas. Aunque el FBI ha asumido el control de las investigaciones, aún no se han confirmado todos los detalles sobre el móvil del ataque.
Un ataque caótico y desgarrador
Los testigos del hecho describen un caos total en el momento del atropellamiento, cuando la camioneta de Jabbar se lanzó a alta velocidad contra la multitud en Canal Street y Bourbon Street, dos de las avenidas más concurridas de Nueva Orleans durante las celebraciones de Año Nuevo.
La violencia estalló de manera abrupta, causando pánico entre los presentes y dejando un saldo trágico. La policía local, que respondió rápidamente, abatió al atacante después de un tiroteo.
Reacciones y medidas de seguridad
El gobernador de Luisiana, Jeff Landry, calificó el incidente como un "horrible acto de violencia" y se comprometió a reforzar las medidas de seguridad en la ciudad. Las autoridades locales continúan investigando las posibles motivaciones detrás del ataque, mientras que el FBI sigue analizando los posibles lazos del atacante con organizaciones terroristas.
A raíz de este atentado, las autoridades también han comenzado a revisar las medidas de seguridad en los eventos públicos, especialmente aquellos en fechas festivas, para evitar que situaciones de este tipo se repitan.
Suspensión temporal de actividades
El impacto del ataque también alcanzó al ámbito deportivo, ya que el esperado partido del Sugar Bowl, un enfrentamiento de fútbol americano entre las universidades de Georgia y Notre Dame, programado para la noche del 1 de enero, fue pospuesto.
Las autoridades locales anunciaron que el partido se jugará el 2 de enero en el Caesars Superdome, con el objetivo de garantizar la seguridad de los asistentes.
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