En los últimos meses, la Central de Autobuses de Tlaquepaque, en Jalisco, se ha convertido en un punto negro en el mapa de desapariciones forzadas en México. Desde septiembre de 2024, colectivos de madres buscadoras han documentado un alarmante aumento en los casos de personas, principalmente jóvenes, que desaparecen después de llegar a la terminal en busca de empleos falsos. La realidad, según los testimonios de las víctimas y sus familias, está lejos de las promesas de trabajo que se difunden en redes sociales.
Impulsa gobierno de Chedraui trabajo estratégico para mantener la seguridad de PueblaSheinbaum no estará en Puebla, sino en Tlaxcala para limpieza del río AtoyacIndira Navarro, representante del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, ha denunciado la creciente cantidad de desapariciones que afectan a personas originarias de diferentes estados del país. Según ella, muchas de estas víctimas se sienten atraídas por ofertas de empleo publicadas en redes sociales, especialmente en plataformas como Facebook, donde los delincuentes ofrecen cantidades atractivas de dinero. Sin embargo, una vez que los jóvenes llegan a la central, su rastro se pierde.
"Ya son muchísimos que vienen de otros estados y llegan a la central de Jalisco y ya no se sabe nada de ellos, desaparecen. La familia cuenta que sus familiares buscaron un trabajo, pero la realidad está lejos de ser la que les dijeron, porque los están desapareciendo", señala Navarro, quien denuncia que cada vez son más los casos en los que la promesa de un empleo se convierte en una trampa mortal.
El patrón de las desapariciones no es casual. De acuerdo con los reportes de los colectivos, los delincuentes utilizan las ofertas laborales fraudulentas como gancho para atraer a las víctimas. Tras llegar a la central, muchas de estas personas son víctimas de la privación ilegal de la libertad, y se teme que puedan ser sometidas a explotación laboral, trata de personas o reclutamiento forzado.
Aunque las autoridades aún no han confirmado si existen redes criminales organizadas detrás de estos hechos, las sospechas sobre la posible vinculación de organizaciones dedicadas a la trata de personas y el tráfico de seres humanos aumentan a medida que se recopilan más denuncias. Las prácticas de secuestro y explotación forzada son comunes en distintas regiones del país y cada vez más parecen tener conexión con estos nuevos casos en Tlaquepaque.
Los colectivos de búsqueda, que han trabajado de cerca con las familias de las víctimas, han hecho un llamado urgente a las autoridades para que intensifiquen las investigaciones. Exigen que se realicen operativos de vigilancia y control en la Central de Autobuses de Tlaquepaque para identificar y desmantelar posibles redes criminales que operan en la zona.
Aunque el rastro de las víctimas sigue siendo incierto, la voz de las madres buscadoras se alza con más fuerza cada día, pidiendo justicia y acciones concretas para evitar que más personas caigan en estas redes de engaño y explotación.
El caso de las desapariciones en Tlaquepaque es solo uno más dentro de una problemática mucho más grande que afecta a miles de familias en todo el país. Mientras las autoridades no intensifiquen sus esfuerzos para frenar estas prácticas, las desapariciones seguirán aumentando y, con ellas, la desesperación de quienes buscan respuestas para sus seres queridos.
Es vital que los jóvenes y sus familias estén alerta ante ofertas de trabajo sospechosas en internet, especialmente aquellas que parecen demasiado buenas para ser verdad. Los expertos recomiendan verificar siempre la autenticidad de los empleadores y tener precaución al compartir datos personales. Además, es fundamental que, en caso de recibir alguna oferta de este tipo, se informe a las autoridades o a organizaciones de protección.
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xmh
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