En Puebla, las plazas comerciales siempre han sido un punto clave para el entretenimiento, la compra de productos y hasta la realización de trámites. Sin embargo, en los últimos años ha surgido un fenómeno preocupante: cada vez más centros comerciales parecen estar quedándose vacíos, abandonados, y se les empieza a conocer como "plazas fantasmas".
Durante visita de Sheinbaum, dejan descuartizado en TlaxcalaUnidad del transporte público atropella a madre e hijo en TehuacánAunque algunas siguen siendo muy populares, otras han caído en el olvido y muestran signos evidentes de deterioro. Muchas de estas plazas, que alguna vez fueron un atractivo para los poblanos, hoy están sumidas en el abandono, con pocos o ningún comercio funcionando y una creciente sensación de inseguridad. ¿Qué está pasando con estos lugares que, antes de la pandemia, eran tan concurridos?
El panorama de estas plazas comerciales abandonadas es bastante similar en toda la ciudad: ventanas rotas, grafitis en las paredes, suelos cubiertos de basura y locales vacíos que antes estaban llenos de vida. Estas plazas, que hace algunos años eran consideradas como un espacio moderno y conveniente para las compras, ahora están alejadas del bullicio habitual.
Algunas de las más mencionadas por los poblanos en redes sociales incluyen:
Estas plazas, que alguna vez albergaron grandes marcas, hoy son espacios casi deshabitados, en algunos casos ocupados por personas en situación de calle, que han convertido los lugares en su residencia temporal.
Varios factores explican el creciente abandono de estos centros comerciales. La pandemia de COVID-19 marcó un antes y un después para muchas de estas plazas. Durante el confinamiento, la mayoría de los comercios tuvieron que cerrar, y muchos no lograron reponerse. Aquellos que intentaron adaptarse a la venta en línea encontraron serias dificultades, ya que muchas de estas plazas no tienen la infraestructura necesaria para soportar un modelo de ventas virtuales.
Otro factor es el alto costo de las rentas. Los testimonios de algunos locatarios revelan que los alquileres, que antes parecían razonables, ahora son una carga. Por ejemplo, en Plaza Las Torres, los locales pueden costar hasta 35 mil pesos mensuales, mientras que en plazas cercanas como Plaza Dorada, el alquiler ronda los 20 mil pesos mensuales. Esta diferencia en precios hace que muchos negocios prefieran mudarse a plazas más rentables o incluso operar de manera virtual.
Además, hay plazas que no se han modernizado. El Campanario, por ejemplo, sigue conservando su diseño de los años 90, lo que ha contribuido a su pérdida de atractivo. La falta de renovación y adaptación a las necesidades actuales ha hecho que muchos clientes busquen opciones más modernas y funcionales.
Las críticas apuntan a la falta de un estudio de mercado adecuado. Algunas plazas, como Plaza América y Plaza Platino, no supieron competir contra gigantes cercanos como Plaza Crystal o Plaza Dorada, lo que condenó su supervivencia. La falta de tiendas ancla, como Liverpool o Sears, también ha sido un golpe fatal para estas plazas. Sin una oferta fuerte y atractiva, los centros comerciales pierden su poder de convocatoria.
Para recuperar estas plazas, los propietarios tendrían que hacer una inversión significativa en remodelación y marketing, además de replantearse su oferta de productos y servicios. Atraer a grandes marcas, incorporar nuevos conceptos y hasta abrir espacios dedicados al entretenimiento podrían ser algunas de las claves para revitalizarlas.
Las plazas comerciales de Puebla se encuentran ante una encrucijada. Aunque muchas siguen siendo una opción atractiva para ciertos sectores, otras corren el riesgo de desaparecer si no se adaptan a los tiempos actuales. La ciudad necesita que estas plazas renueven su propuesta comercial y no se queden atrás frente a un mercado que, cada vez más, opta por alternativas más accesibles y dinámicas.
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xmh
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